¿QUÉ SON LAS COMPETENCIAS BÁSICAS?
Mucho se habla y se comenta acerca de las Competencias Básicas, pero ¿qué son? Y, sobre todo, ¿cómo se concretan de manera práctica en el aula?
No hablo aquí, desde luego, desde el desconocimiento, pero tampoco soy un experto y escribo en mi blog, por lo general, a vuela pluma. Voy a intentar plasmar, en principio, lo que a priori entiendo que son y, más adelante, apoyado en bibliografía y rescatando diversos materiales, apuntaré en mi web (www.manojitos-de-mirra.webnode.es) estas mismas ideas corregidas, ampliadas y con materiales.
El concepto "competencia", como vocablo común, creo que todos sabemos cuál es y no lo debemos perder de vista. Podríamos decir que ser competente es poner en juego capacidades con sabiduría y experiencia (y por sabiduría entendemos con intención y sabiendo hacer). Competencia parece así la concreción real de capacidad, que hablaría de lo potencial, de lo virtual.
Aplicado a la Educación, partimos de la premisa de que lo importante no es tanto formar al alumno en conocimientos estancos (Lengua, Matemáticas, Naturales, Inglés, ...) y con preponderancia de lo teórico-formal, como en "capacitarle", en encauzarle a que desarrolle competencias (que llegue a ser competente). Por ejemplo, una empresa no solo busca trabajadores bien formados, sino asimismo que sean competentes, lo que viene a significar: que sepan adaptarse, que resuelvan problemas complejos, que sepan usar sus conocimientos y recursos para conseguir unos fines por muy difíciles o extrañas que sean las circunstancias. Para aprobar unas Oposiciones, no basta con poseer conocimientos: hay que demostrar destreza, controlar los nervios, etc., es decir, poner en juego todos nuestros recursos (ser competentes). Y por ahí van los tiros. Algo así como hacer "Ingenierías" de las tradicionales asignaturas.
Y no hay por qué circunscribirse al mundo empresarial y laboral. En la vida, los retos complejos son continuos. En lo social, en las relaciones de pareja, en golpes de la vida, en la gestión de las frustraciones, en el conocimiento de uno mismo.
Alguien pensó con tino que había que traer la competencia a la Educación reglada, aunque esto no es algo nuevo. Yo recuerdo a mis profesores y maestros hablándonos de diferentes tipos de "inteligencia" (y, si no, repásese por qué pronto queda desfasado el concepto de Coeficiente Intelectual, porque solo medía la capacidad de absorción del conocimiento académico). De hecho, recuerdo a un profesor de Instituto, de Filosofía, hablándonos en COU de que tuvo un alumno que le fue fatal como estudiante pero que luego consiguió un trabajo muy bien remunerado como representante de vinos, que le hacía además feliz. ¿Era torpe, tal vez? ¿Le faltaba inteligencia? Pero lo que es cierto es que ahora se pretende introducir, como ya es realidad en muchos países y centros (y aquí los buenos Privados, listos, lo están haciendo muy bien), de manera sistemática las Competencias Básicas.
Esto de las competencias básicas tiene mucha relación con la psicología humanística, diferencial y con los tipos de inteligencia, incluida la social, la emocional y, para algunos autores, también la espiritual. Ya justificaré más adelante esta afirmación, como he prometido. Y, en el fondo, competencias hay más de ocho; competencias básicas hay muchas. En Andalucía, por ejemplo, se han definido ocho, como ocho son sus provincias, y se está promoviendo por la Educación Obligatoria y Posobligatoria:
1ª) Competencia en Comunicación Lingüística (y digo yo, ¿y la no lingüística?).
2ª) Competencia Matemática.
3ª) Competencia en el Conocimiento e Interacción con el Mundo Físico.
4ª) Tratamiento de la Información y Competencia Digital.
5ª) Competencia Social y Ciudadana.
6ª) Competencia Cultural y Artística.
7ª) Competencia para Aprender a Aprender.
8ª) Autonomía e Iniciativa Personal.
Muy clarito y sencillito en PDF si acudes a www.juntadeandalucia.es/averroes/ceip_san.../competencias_basicas.pdf
Ahora vamos al turrón. ¿Acogida? Como siempre polémica. Demonización de unos, inmovilismo cómodo de otros, enfado de aquellos que dicen "si es obligatorio, ¿por qué no se hace?", desconcierto de otros que dicen "¿por qué no vienen a explicarnos bien qué es esto?", mezclado con un poquito de libertad de cátedra por aquí, otro poquito de "autonomía de los centros" por allá, y mucho desconcierto, como siempre en este país cuando llegan "novedades". Todo el mundo opinando sin que realmente nadie sepa qué son y cómo se llevan al aula. Como todo, una potente herramienta educativa... si se hace bien.
Aparte de la opción de oponerse radicalmente a ella, vienen siendo habitual dos reacciones:
1ª) Hacer ver que lo que se hacía antes trabaja las competencias básicas. Así, el típico dictado, por ejemplo, ahora se va a decir en Programaciones Didácticas y demás que es una manera de potenciar la comunicación lingüística. Se disfrazan documentos para seguir haciendo lo de siempre (que, en mi opinión, es lo mejor si no piensas hacer otra cosa, pues intentar una novedad sin conocimientos y sin convicción mermará la calidad de tus clases) o para creerse uno que es muy moderno (y acallar disonancias cognitivas por la vía rápida).
2ª) Acumular a la práctica y programaciones ya hechas actividades en competencias, engordando la planificación y el caudal de actividades, con dos posibles consecuencias: o bien hay agobio porque no se puede llevar todo por delante, o se hace lo de siempre y, de vez en cuando, cuando se pueda, se hacen actividades interdisciplinares o similares (a ese punto es al que he llegado yo, de momento, aunque he intentado dar el salto a lo que expongo a continuación).
Pues ni una cosa ni otra es incorporar las Competencias Básicas a nuestra labor docente en ningún modo. En el primer caso, cambiamos terminología y esquivamos la novedad; en el segundo, nos aproximamos tímidamente a lo que se nos requiere.
Competencias Básicas significa un nuevo enfoque y un modo de trabajar. Debe afectar, por ello, a las Programaciones Didácticas y a la praxis docente en el aula sin afectar al Currículo. Los contenidos, sobre todo, así como objetivos y demás siguen siendo los mismos, pero la metodología y, especialmente, las actividades, son muy diferentes. Nuestro fin último será hacer competentes a nuestros alumnos, sacar lo mejor de ellos para que se enfrentes a problemas complejos y, a ser posible, con gran vinculación a la vida real (esto también a mí me echa para atrás, porque en este extremo parece estar despreciándose un poco el conocimiento académico). Y esto afecta mucho a nuestras costumbres docentes.
Yo, por ejemplo, que soy de Lengua, debería, para fomentar de verdad la Competencia en Comunicación Lingüística, centrarme más en adiestrar a mis alumnos para que hagan presentaciones en público, comprendan y creen toda clase de textos y sepan componer textos que en analizar oraciones o saberse un elenco de figuras retóricas. En la parte de Lengua y Comunicación, miraré ahora más a la Tipología Textual, el Análisis del Discurso y la Pragmática Lingüística que en la Sintaxis de la Oración, las Categorías Gramaticales o la Fonética Teórica.
Pero no he de olvidar que debo trabajar las ocho competencias, y de manera sistemática, con independencia de mi especialidad. Ya estamos tardando en aprender a hacerlo y en llevarlo a la práctica. Ahora, de la nada no se nos va a hacer a los profes competentes en esto. Nosotros también necesitamos capacitarnos. Y todo pasará, tal y como están las cosas y por más legislación que se ponga sobre el tapete, por empezar convenciéndonos de su bondad educativa.
Texto: José Alfonso Bolaños Luque
Imágenes: http://bancodeimagenesgratis.com
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