sábado, 23 de enero de 2016

Afectación pedanticulta

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DEL HABLA CULTO-INFUSA


98189408 3825aef3e2Lo ridículo del habla arcaizante, afectada y pedante de don Quijote frente a lo ridículo del habla populachera, refranesca y cateta de Sancho Panza. Vaya esto por delante. El mismo derecho tienen de usar constante e innecesariamente el registro culto y pedante aquellos a los que me voy a referir que las personas que han decidido hacer gala, valga la paradoja, para más tarde automatizar y utilizar a todas horas un habla excesivamente popular y de barrio, aprovechando a cada paso para soltar con orgullo un taco tras otro o estar permanentemente diciendo frases hechas del tipo Más largo que un día sin pan.
     No me molestan ni unos ni otros, los acepto igual que ellos tienen que aceptarme a mí y mi forma de expresarme, tan plagada de defectos, y los quiero así, siéndome tan entrañables algunos de un bando y de otro.






22082302901 dc31f5dfc3     Cuando se aborda en plan crítico los sociolectos, ¡qué fácil y reiterativo es meterse con el habla juvenil (como si el viejil, o el viejuno, no fuera igual de chocante) y con el popular (el hipopopular, diría yo, en contraste con el hiperculto), siendo como es el que le da la salsa a la lengua! Pero vamos, todos los excesos son vicio: todos.
     Sinceramente, no sé qué virtud haya en el habla de aquellos que, al conversar informalmente, te sueltan un otrora allí, un acullá allá (valga el eco fonético), y remata con un futuro de subjuntivo, simple o compuesto. ¡O incluso un mas adversativo! En un texto culto, y viniendo a cuento, es para gozarlo. Pero en una charla informal, es chocante y ridículo. Todavía el que lo haga natural, insertándolo sinceramente en su forma de hablar ... ¡Pero hay tanto afectado y pedantón al paño! Y, sobre todo, ¡qué cargante! ¡Qué circunloquios y plomazo de importancia para expresar algo sencillo!

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     No saber usar el registro adecuado en cada momento comunicativo no es ser culto, más bien es la expresión de una carencia.

4680618106 642bbd6d1a     Imagino que es una irresistible tentación pasar de decir Me parece que está demasiado salado a decir Se me antoja que está demasiado salado, sobre todo cuando recién se descubre el verbo antojar(se) con ese sentido. Pero, ¿y si lo dejamos para un artículo de opinión o un poema de estos que todavía se siguen premiando, y charlamos "normal"? ¿No es un tanto pesadito estar usando esos "se me antoja", "sesgar", "soslayar", "ajado", "podemos inducir" y demás a diestro y siniestro, como lo es igualmente el que no para de usar dichos hasta la saciedad ("No me toques el pito que me irrito" cada vez que escucha el claxon de un coche en la calle, por ejemplo), diminutivos, "mi alma", "cariño" y "coño" (con perdón)?
     Tal vez podríamos recordar que el toque está en ser culto y sencillo, y que por eso Manrique, Garcilaso, Cervantes, Bécquer, Antonio Machado y Lorca son nuestros escritores más universales. Hay que ser un Góngora, un culterano que podía cantar Ándeme yo caliente y ríase la gente, o un Juan Ramón para desplegar la constelación de cultismos sin ser acusado de afectado. Observad cómo habla del poeta Li Bai (701-762) Guojian Chen, editor en Cátedra de Poesía china, una sabrosa antología:

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     Sus obras se caracterizan por la espontaneidad y el desenfado en la expresión, por sus pasiones desenfrenadas, sus imaginaciones audaces y originales, su frecuente uso de la hipérbole y su lenguaje cercano al hablado. Es maestro en el empleo del estilo antiguo (yuefu), pero también muestra gran talento en las formas de jueju (cuartetos de estilo moderno), todo con gran musicalidad y sonoridad, respetando las normas métricas, pero sin ser rígido cuando es necesario romperlas en ocasiones para dar rienda suelta a sus pasiones.
     Ejerce una poderosísima influencia sobre los poetas de su época y de la posteridad, y es, a nuestro juicio, el poeta más importante de la literatura china.

     Bueno, no te sugiero que escribas como hablas, sino más bien que no hables como escribes.


2563237560 33e4110873     De igual modo que es imposible usar la lengua sin metáforas, sin imágenes, en un lenguaje absolutamente denotativo, como no puede beberse el agua absolutamente pura, de igual manera no es posible hablar con giros y tropos totalmente originales con excesiva frecuencia. De ahí que conservemos dichos y giros, bien populares, bien cultos, incluso del latín, en latín mismo (tan frecuentes como el alea jacta est, mens sana in corpore sano, mea culpa, ...) o traducidas o reformuladas (a la tercera va la vencida): cada época va dejando las suyas. Empiezan siendo originales, se popularizan, y luego llega ese momento en que consiguen pervivir aunque muy pocos conocen el referente y el origen de la expresión, solo saben cuándo hay que usarla y cuál es su sentido. Yo todavía sé qué es un corsé, aunque desde que tengo uso de razón, esa prenda no la he visto salvo en la tele o en Google Imágenes. No se usa desde hace bastantes décadas. Pero veo la imagen de un corsé cuando oigo o digo "encorsetar" como sinónimo de "constreñir". No sé si la generación que me sigue y que todavía es capaz de usar este verbo ve en su mente el corsé, si sabe lo que es. Ya me he tenido que informar de qué es eso del borrico de un cisquero y por qué tiene tantas mataduras y también por qué se dice a calvo ad calvum. Bueno, pues si consigue sobrevivir, "estar encorsetado" será una expresión metafórica pero ya nada original. Por favor, señores creadores, creativos, ¡poetas!: vamos a crear metáforas e imágenes realmente originales. No a lo bestia, de vez en cuando, con todo el sentido, con ese matiz de gracia en el habla, o en la escritura, y que demostrará que somos, si no inteligentes, sencillamente cultos.

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Texto: José Alfonso Bolaños Luque
Imágenes: http://photopin.com

sábado, 16 de enero de 2016

Uno de Lengua hablando de Matemáticas

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DIMENSIONAR OPERACIONES MATEMÁTICAS


El hombre es un ser tridimensional, física y muy probablemente mental y espiritualmente. A lo más que llega es a tres.
            El punto es la dimensión 0, al menos mientras el punto sea diminuto a nuestros ojos. La línea tiene dimensión 1; el plano ya cuenta con dos dimensiones; y los cuerpos con volumen, como el cubo, tienen dimensión 3. Es lógico pensar que existan otras dimensiones en medio, como la dimensión 1’5 o 2’25, y aquí estamos en la teoría de los fractales. Pero no pasamos de tres.

            Desde un punto de vista matemático, abstracto, se pueden definir cuantas dimensiones se quiera (4, 5, 6, …) pero somos incapaces de imaginarlo y, por tanto, parece que en principio nos serán de poca utilidad. Algunos ven en el tiempo la 4ª Dimensión; si eso fuera así, de todos modos, ¿cuál es la 5ª? A mí, lo de que el tiempo sea la 4ª dimensión no me acaba de convencer, es que no lo “visualizo”. Otros hablan del espíritu y lo sobrenatural para referirse a dimensiones mayores a la 3ª.
            Las operaciones matemáticas más básicas también parecen tridimensionales. Contar, la operación más elemental, sería la dimensión 0. Uno cuenta objetos hasta que termina de hacerlo, y se queda sólo con un número (realmente, contar es sumar de uno en uno; la dimensión 0, más que contar, es definir o dar un número: 2, 5, 153, …). La dimensión 1 es sumar, el proceso, no el resultado, que es un solo número también. Multiplicar incluye sumar, pero va más allá (es más potente): tendría dimensión 2. Multiplicar es sumar x veces el mismo número: 5x3 = 5+5+5 = 3+3+3+3+3 = 15. Elevar a una potencia es el paso siguiente (dimensión 3): es multiplicar por sí mismo un número x veces. 23 = 2x2x2 = 8. Y ahí nos quedamos, en la dimensión 3 de las operaciones matemáticas. No seguimos, probablemente porque no nos resulta útil. Seguramente existe, no lo sé, no soy matemático, pero si así es, la operación de dimensión 4, el paso siguiente, es desconocida para el común de los mortales. Ni conocemos sus propiedades (conmutativa, asociativa, etc.).

            No se sigue en la escuela. Nadie te hace razonar y usar una operación que consista en elevar un número por sí mismo x veces. Por ejemplo, elevar 3 al cubo cinco veces: 3 elevado a 3, a su vez elevado a 3, a su vez elevado a 3, a su vez elevado a 3, a su vez elevado a 3: un número enorme inmanejable ya, seguramente. Ni te cuento dimensiones mayores.


            De nuevo, debemos concluir: No somos nadie, compadre.

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Texto: José Alfonso Bolaños Luque
Imágenes: http://photopin.com

miércoles, 13 de enero de 2016

Adverbios pronominalizados

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ADVERBIOS DE SIGNIFICADO REFERIDO EN FUNCIÓN DE SUSTANTIVO, COMO PRONOMBRES

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(Lo que voy a decir a continuación viene suscitado por una conversación con mi Jefa de Departamento, una vez más: tres Jefes, tres entradas de blog).
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Las reflexiones que vierto en este artículo no hacen otra cosa que sostener de nuevo dos ideas, llamémoslas tesis, que he indicado en otros lugares: que, en morfosintaxis, la función se impone a la forma (cunde más un análisis prioritariamente sintáctico, funcional) y, por otra parte, que no solo es imposible, sino innecesario, unas reflexiones morfosintácticas obviando la semántica, que siempre está ahí, porque, entre otras cosas, ya nos iluminó Saussure al expresar que significado y significante son las dos caras de una misma cosa, y las oraciones también son signo lingüístico.

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     No nos engañemos. Los adverbios de significado referido (1), pongamos por caso, allí y ahora, no son adverbios porque significan o señalan lugar y tiempo. Los sustantivos casa, país, terreno indican lugar y los también sustantivos futuro, momento y día señalan tiempo. Allí y ahora son adverbios porque, además de ser invariables (2), funcionan como Complementos Circunstanciales en la oración, respectivamente de Lugar y de Tiempo. Es decir, contestan a las pregunta "dónde" y "cuándo", y son los sustitutos naturales de diversos CCL y CCT (es decir, podemos sustituir en mi casa por allí o justo en este momento por ahora).

      Ahora bien, si no funcionan como Complemento Circunstancial, se han "desadverbializado", y pasan a funcionar como los pronombres, que también tienen significado referido. Pongamos ejemplos.

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     Primer ejemplo, hoy. Es una palabra cuyo significado es referido, porque siempre significa 'el día presente'. Por eso hoy no se fía, mañana sí, reza en bares y otros comercios, es decir, nunca se fía. Como adverbio que es, voy a encontrarlo habitualmente funcionando de CCT, es decir, significa 'en el día presente', y destaco ese en porque los Complementos Circunstanciales, cuando no son adverbios, suelen ir introducidos por preposiciones. Así, Hoy nos hemos visto dos veces implica En el día presente (en este día) nos hemos visto dos veces. ¿Cuándo nos hemos visto dos veces?: Hoy. Ahora bien, en la oración Hoy será un buen día (o, como diría Serrat, hoy puede ser un gran día), todavía hay quien piensa que es una oración impersonal (¿de tiempo meteorológico? Pero, ¿y si ese buen no se refiere a lo atmosférico? ¿De tiempo cronológico?), y dirá de nuevo que hoy es CCT, porque además responde a la pregunta ¿cuándo? (pero también a ¿cuál?). Sin embargo, si pongo un Sintagma Nominal (Esta jornada) o un Pronombre (Este): Esta jornada será un buen día o Este será un buen día, ¿ya es Sujeto, significando lo mismo? ¿O se empeñará en verlo a toro pasado como un CCT? Dirá que es Sujeto. Pues Hoy igual, es Sujeto, porque no significa 'en este día', con preposición, sino 'este día', SN que puede funcionar de Sujeto.

      Otro ejemplo, ahora de lugar: allí. En la oración Allí es un buen sitio para pasar la tarde lo encontramos de nuevo funcionando de Sujeto de una oración atributiva.
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     En definitiva, cuando hoy significa 'este día' y no 'en este día', o, sencillamente, cuando en lugar de funcionar de CCT funciona de Sujeto, y cuando allí no significa 'en aquel sitio' sino 'aquel sitio', o sea, cuando funciona de Suj y no de CCL, estos adverbios se han sustantivado o, si se quiere, están funcionando como pronombres, como lo hacen los personales y los demostrativos. Y eso porque, como ellos, tienen un significado referido, no semántico. Si no, prueba a hacer con actualmente lo mismo que hemos hecho con hoy, ya verás como no puedes. Pero sí con el de modo así (Así es la mejor manera de hacer las cosas). Con el de cantidad mucho no digo nada, al ser homónimo de pronombre y determinativo indefinido, aunque Mucho es querer demasiado nos podría valer, como Para siempre es demasiado tiempo, y ahí tienes un Sujeto empezando por preposición (un SPrep sustantivado, realmente).
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     La primera oración, cuando la oí como duda sintáctica, me hizo pensar en un uso metalingüístico de hoy. Claro, metalingüísticamente, toda palabra es un sustantivo, como cuando decimos "De es una preposición" (es que significa "La palabra de"). Lo pensé, fue la primera idea que se me vino a la cabeza. Es curioso cómo es fácil poner ejemplos de adverbios pronominalizados si son Sujeto de una oración atributiva. ¿Pueden funcionar así de otra manera? Con los semicopulativos y de Sujeto, me interno un poco más: Hoy y mañana forman parte de la misma semana pero no del mismo mes. En Tengo hoy como objetivo en la cabeza ya podemos verlo como CD, aunque un pelín forzado. No tanto en Solo tengo hoy y mañana para terminar el trabajo. Parece que pueden funcionar como pronombres de varias maneras, lo que sucede es que su uso es infrecuente.

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(1) Llamamos significado referido, y no gramatical, al que tienen las palabras en función de a la persona gramatical a la que se refieren en cada momento. Un sustantivo, un verbo, un adjetivo calificativo, tienen significado semántico: los encontramos definidos en un diccionario. Las preposiciones y las conjunciones, y admitimos que los determinantes, tienen significado gramatical (a muchos de ellos se les llama morfemas libres). Persona siempre tiene un significado estable, de diccionario, como sustantivo que es, mientras que yo, tú, este, ese (pronombres) tienen un significado que varía en el discurso en función de la persona gramatical implicada. Por ejemplo, yo es Juan cuando habla Juan; María escucha y es . Cuando responde María y habla ella, ahora ella es yo y Juan es . Los pronombres tienen significado referido, pero también los adverbios de lugar (aquí, allí, encima, debajo, delante, ...), de tiempo (hoy, mañana, ayer, ahora, ya, entonces, ...) y los de modo (así). La mayoría de los adverbios se dice que tienen significado semántico, especialmente los derivados de adjetivos (los que acaban en -mente). Estos adverbios terminados en -mente comparten el mismo lexema que el del adjetivo del que proceden y también su capacidad de variar en grado (fácilmente, muy fácilmente, facilísimamente, más fácilmente que), por lo que, en su caso, no es del todo cierto que son palabras invariables.

(2) Eso de que los adverbios son invariables puede ser discutible. Aparte de que los adverbios acabados en -mente varían en grado, puedo pensar que las ternas aquí, ahí, allí y ayer, hoy, mañana están variando como lo hacen este, ese, aquel o yo, tú, él, en términos de lejanía espacio-temporal o de referencia a la 1ª, 2ª o 3ª persona.

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Texto: José Alfonso Bolaños Luque
Imágenes: http://photopin.com