sábado, 19 de octubre de 2013

CONTRA EL CÁNCER DE MAMA


19 DE OCTUBRE: DÍA INTERNACIONAL CONTRA EL CÁNCER DE MAMA

                           
                                
 

                                 

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Las preposiciones, morfemas libres ¿de qué? (I)

LAS PREPOSICIONES, MORFEMAS LIBRES... ¿DE QUÉ? 

Capacidad Traspositora Adverbializadora


Es curioso. (Ya lo he reflexionado antes, pero vuelvo a ello). Es curioso. Dicen, por un lado, que las preposiciones funcionan de enlaces o nexos (yo esto cada día lo veo menos) y al mismo tiempo que son morfemas libres. Yo lo hago, y este curso, al tener 2º de Bachillerato, lo hago constantemente (al analizar oraciones, enlaces; al pedir descomposición en monemas, morfemas libres). Eso es lo que le digo a mis alumnos. Tienen que comprender a nivel general y aprobar Selectividad, ya está. Pero chirría de una manera todo esto...

     Voy a dejar de lado lo de que si son o no enlaces, de que si unen o no unen, porque de esto hablé largo y tendido en otras entradas de este blog; y cumpliré en otro momento mi promesa de dar mejor forma a las ideas allí expresadas. Ahora tan sólo necesito que recuerdes que, para mí, las preposiciones no unen, sino que forman parte del conjunto como un morfema trasponiendo todo ese conjunto (subordinándolo): es decir, consiguiendo que funcione como funciona. Por eso, decía, la preposición en hacía que el Sintagma donde se integraba funcionase de CCL en la oración, por ejemplo, dándole un significado al conjunto de lugar en donde se está (valor locativo, preposición que indica posición). Es decir, hacía que el conjunto funcionase como un adverbio (allí), en este ejemplo.

                        


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     Ahora me centraré en eso de "morfema libre". Vale, es un morfema libre (porque lo escribo como una palabra independiente). Pero, ¿de qué tipo? ¿Decimos eso, y ya está? Cuando descompongo palabras en sus correspondientes monemas (trabados), debo indicar, y así enseño y exijo a mis alumnos, el tipo: LEXEMA (aporta el significado léxico), MORFEMA FLEXIVO (aporta significados gramaticales, como por ejemplo género, número, grado, o tiempo, aspecto, modo, voz, número y persona para las desinencias verbales) o MORFEMA DERIVATIVO (que hace que una palabra se transforme en otra: bien porque le cambia el significado, modifica el significado del lexema, como en hacer-deshacer-rehacer, bien porque modifica la categoría gramatical de la palabra originaria: horror (sustantivo) --> horroroso (adjetivo) --> horrorosamente (adverbio). Por ejemplo, en la palabra siguiente pongo en rojo los morfemas flexivos (de género femenino y de número plural) y en verde los derivativos (traspositor de sustantivo precio a adjetivo precioso):

                                          preciosas --> preci - os -a-s

     Siguiendo este razonamiento, podríamos decir que las preposiciones son MORFEMAS DERIVATIVOS, en el sentido de que también trasponen de una categoría a otra. Lo que sucede es que no lo hacen sobre un lexema (sobre una palabra) sino que es sobre un sintagma completo sobre el que ejercen la trasposición, sintagma al que se incorporan como los prefijos (morfemas derivativos) se incorporan a los lexemas. De hecho, recientemente hemos querido analizar morfológicamente la palabra entrecruzar, y hemos sabido decir que es compuesta (prep. entre + verbo cruzar) y, sin embargo, tan sólo con un lexema (-cruz-), puesto que la preposición entre no tiene lexema, es un morfema libre: y aquí, alumnos y profesor acabamos diciendo O sea, que entre en entrecruzar está actuando como un prefijo, como el prefijo inter-, por ejemplo.

     Pues bien, cuando funcionan como morfemas libres, no están libres: las preposiciones no forman sintagmas ellas solas, siempre están incorporadas a un sintagma al que se adhieren. No son tan libres: son morfemas trabados... ¡a un sintagma! Que empieza por él.

                                      
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     ¿Aportan al sintagma "información gramatical", como los flexivos de número, género, etc.? Podría argumentarse que sí: número, género, persona, grado, modo, voz, aspecto, uno o varios poseedores, distancia con respecto a los interlocutores, ... son las "informaciones gramaticales" que dan los morfemas flexivos y otros morfemas libres como los determinativos. ¿Por qué no pensar, entonces, que el tan traído llevado "matiz semántico" de las preposiciones es también información gramatical: posición, movimiento, pertenencia, ...? Habría que considerarlo.

     En todo caso, si las preposiciones son morfemas flexivos, también son derivativos, como los morfemas verbales de las formas no personales. Trasponen; es decir, si los introduzco al principio de un sintagma, la "categoría" de este cambia, o sea, funcionan de algo distinto a lo que se espera de ellos si no tuvieran preposición. Por eso, yo prefiero llamar capacitador a este tipo de palabras, más que enlace o nexo. Lo que hacen por lo general es "rebajar" la categoría de un sintagma. Ya comentamos ejemplos muy típicos: ante el Sintagma Nominal "mi padre", "el perro", ... , que puede funcionar sin preposición como Sujeto o CD, dicho SN deja de comportarse como un SN y pasa a comportarse como, por ejemplo, un Adjetivo o SAdj (El coche bonito / El coche rojo / El coche de mi padre). Cuando aparece junto a Sintagmas Nominales los traspone a funciones propias de adjetivos y adverbios, cuando aparece ante Sintagmas Adjetivales, por lo general funcionan como Adverbios. Es decir, subordina al conjunto.

     Veamos el siguiente ejemplo, que es adonde quería yo llegar:

de continuo y como esquema de vida

En este caso, encontramos la preposición de junto al SAdj continuo, y un como junto al SN esquema de vida (y como, aunque por lo general es conjunción, debe considerarse preposición en estos casos; pero si Ud. no lo ve así da igual, porque lo que digo para preposiciones también me vale para conjunciones). 

     Fijémonos que el adjetivo continuo puede transformarse en adverbio si le añadimos el sufijo derivativo -mente: continuo > continuamente. La preposición en el ejemplo ha hecho lo mismo: de continuo es lo mismo que continuamente. Otros ejemplos: de seguido, de natural, por lo general (y, siendo como adverbios de modo o de tiempo, no significan lo mismo que seguidamente, naturalmente pero sí generalmente). En ambos casos, el conjunto se sustituye por el adverbio de modo así. Lo que sucede es que, como no se aplica con cualquier adjetivo, pronto diremos que de continuo, de seguido son locuciones adverbiales (puedo decir muy de continuo, pero no *de muy continuo). Pero en realidad, yo podría decir, si quiero, de perpetuo ('perpetuamente'), de particular, de sincero y similares, sobre todo si soy un renombrado escritor literario.

     El sintagma como esquema de vida también se puede sustituir por así: es decir, el SN esquema de vida está adverbializado por como, que aquí es preposición. Y el conjunto funciona como un adverbio de modo. A los sintagmas enteros no puedo ponerles -mente detrás (*esquema de vida mente, *razón de ser mente); para adverbializarlos, para hacer que funcionen como espero que funcione un adverbio, uso la preposición: como esquema de vida, como razón de ser.
                  
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     Uno muy frecuente es de verdad y su antónimo de mentira. El sintagma de verdad viene a ser lo mismo que verdaderamente, con la diferencia que para llegar a verdaderamente hay que pasar el sustantivo verdad al adjetivo verdadero y como tercer paso aparece el adverbio; en de verdad no existe transición vía adjetivo. Por supuesto, es en sí un adverbio, y de modo, por eso puedo ponerle muy delante: muy de verdad. ¿También llamaremos a esto locución adverbial por ello? ¡Hombre, a ver si ahora vamos a ver locuciones por todos lados, y esta será la panacea, como en su día los sustantivos y verbos omitidos que aparecían cada dos por tres!



                             
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domingo, 13 de octubre de 2013

METARREFLEXIÓN ANTES DE IRME A LA CAMA

SON LAS 4:31 DE LA MADRUGADA Y QUIERO IRME A DORMIR, MAÑANA TRABAJO, PERO...


Antes de hacerlo, he vuelto a mirar las estadísticas de mis artículos, de los de este blog. Los que suscitan más interés son los lingüísticos: tal vez me gustaría más que te volvieses a mis creaciones literarias, pero bien, no dejan de ser manojitos de mirra.

     Sin embargo,  mis artículos sobre Educación y Religión ocupan el segundo puesto. Hace tiempo que se me aplacó ese fervor, que siempre he tenido; veo el asunto más calmado (¿o más resignado?). Y estos artículos, que se colaron aquí haciendo este blog guerrero, lejos de mi primera intención y de mi última, siguen siendo leídos. 

     Es decir: tienen interés, preocupa el tema entonces, ¿no? Para que luego digan que este es un tema menor. Opines lo que opines, seguro que a ti no te lo parece. Y es espinoso. Si lo tocas, duele. Porque es importante. Como el amor. No se habla del amor en la Escuela como un valor. Se habla de sexo, eso sí (hablan, se supone, de Educación Afectiva y Sexual, pero creo que se queda todo en lo sexual, en la parte más física de lo sexual que tanta gracia y risa da a los chicos de la ESO).
                            Imágenes de Amor para compartir el 14 de febrero
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    En fin. Buenas noches, my friends.

sábado, 12 de octubre de 2013

ESE HUMO DENTRO, QUE SALE CUANDO SE ROMPE LA CÁSCARA, ¡OH, ESE HUMO!

                                       PENSAMIENTOS AL AIRE: LA GENTE-NIEBLA

Siempre acaba en una especie de decepción de la que no te das cuenta, porque es como un humo que se disipa… Esos libros de autoayuda que te dicen cosas tan obvias en las que no te habías parado a pensar, o personas que, de repente, aparecen como puntos de referencia, o que tú mismo buscas porque tienen más estabilidad y entereza que tú, o experiencia. Abres los ojos, te van guiando a algo que parece maravilloso, a una especie de liberación, pero después no hay continuidad, se agota el proceso antes de tiempo, después no hay nada, sigues tú con tu misma situación, como si no hubiera pasado nada.

                          
     Es gente vacua: transmiten seguridad, no porque posean valores más firmes y estables que los tuyos, sino porque tienen menos y son tan endebles… Porque resuelven la disonancia cognitiva, no resolviendo el problema, sino sencillamente negándolo o pasando a creer otra cosa. Porque no creen que la verdad te hace libre, o porque, sencillamente, no creen en la verdad. Por eso proyectan seguridad, porque han tenido mucho tiempo para practicar y creerse su pose. Por eso no se alteran. El relativismo en todo es su territorio. Tan apacibles. Tan serenos. 


viernes, 11 de octubre de 2013

LA DOBLE PREPOSICIÓN EN ESPAÑOL: "A POR", "PARA CON"


LA DOBLE PREPOSICIÓN EN ESPAÑOL: NUEVAS REFLEXIONES

                                                                                                      José Alfonso Bolaños Luque

20 imágenes bonitas para ver, disfrutar y compartirSon ya varias entradas de este mi renovado blog dedicadas a los llamados nexos o enlaces del español, las preposiciones y las conjunciones. El último se proponía apuntar líneas de futuras investigaciones acerca de la doble preposición en español, y se centraba en los casos de más fácil comprensión, aquellos en los que la direccionalidad, la posición o el movimiento estaban presentes en su significado (pues existe la semántica de las preposiciones). Por entonces ya era sabedor de que los casos críticos, de especial discusión, se encontraban en otros usos distintos de la doble preposición, en especial tenía muy presente a por y para con. Voy a empezar a abordarlas ahora, de manera tímida, dubitativa, y haré la misma prevención que en los artículos anteriores. Que mi intención es plasmar reflexiones y pensamientos de carácter lingüístico a modo de preguntas al aire, y que en un futuro no muy lejano habré de acercarme a ellas con estudio de bibliografía y mayor conocimiento y nuevos argumentos. No defiendo, por tanto, ninguna tesis, sino que intento vislumbrar si tal vez podría plantear alguna en breve. Si este artículo, como los otros, me ayuda a materializar pensamientos desordenados y a mis lectores a reflexionar sobre estos temas, yo me doy, en principio, por más que satisfecho. Tal vez, quién sabe, descubra lo muy equivocado que estoy.
                                    
     La sincronía no puede olvidar la diacronía, pues no son estudios independientes, sino complementarios. Como mínimo, se intersectan. A mí me siguen sorprendiendo unas palabras que una vez me dirigiera un querido compañero, hace ya años, negando la existencia de la doble preposición en español, pues tal cosa no encajaba con la lógica puramente morfosintáctica en la que él analizaba palabras y oraciones. No tiene sentido, luego no existe, era básicamente su razonamiento. Y me sorprendían porque, para empezar, no se le puede negar la existencia a una realidad que efectivamente existe porque no encaje en tus teorías (que explican casi todo, pero no todo), en tu taxonomía de la realidad disecada y llevada al laboratorio. La lengua culta, antigua y nueva, y la coloquial usan la doble preposición. Tu método es un instrumento para explorar esa realidad: deberemos, entonces, revisar la hipótesis. Ya lo comenté en otro artículo, y manifesté que el problema se encuentra en creernos que las preposiciones sirven para enlazar, para unir a otras unidades entre sí, en lugar de morfemas libres que son, que reflejan los casos latinos ya perdidos por nosotros (no perdidos, sino manifestados ahora así). Y aunque me queda explicarlo mejor, y con más apoyaturas, lo dejo de momento aquí.
      Decía que la sincronía no puede olvidar la diacronía, porque en el proceso de formación de las lenguas romances, de nuestra lengua, en el proceso del latín al español, la doble y triple preposición están más que presentes. De hecho, el origen de algunas de nuestras actuales preposiciones son fusión de dos o más latinas: DE EX DE > desde, POR A > para, etc., casos de sobra conocidos. ¿Por qué voy a pensar que mi lengua está más hecha, más formada, que aquel latín vulgar con el que se comunicaban mis ancestros? ¿Cómo vamos a ignorar esto? Si este fenómeno de combinación de preposiciones y otros elementos estuvo, puede seguir de manera latente operando a modo de sustrato morfosintáctico. Obsérvese lo pródiga que es nuestra lengua en locuciones; que perdimos el so y el cabe porque tenemos el bajo y el debajo de, y el junto a y el al lado de; que aunque y porque son palabras, ¿y no para que, así que?
     La doble preposición a por existe, vaya que si existe. Pues no es lo mismo decir Voy a ella (y ella es un lugar al que llego, aunque sea una persona), que Voy por ella (y entonces ella es mi causa, la motivación de que vaya allí), que Voy a por ella (y ahora ella es mi objetivo a conquistar con firme decisión). Con toda la misma lógica que el por a nos dio nuestro para de finalidad, ahora cambiado de orden aparece un a por, con referencia final. Porque ir para ella parece difícil de decir, no se percibe el matiz final (parece de destino, si es que se puede decir, como ir para allá). Así, uno puede ir a por todas, o puede ir a por los sacos, o puede venir a por sus cosas. Hay un verbo de movimiento, movimiento en el espacio (realmente vas a un lugar donde están los sacos, tus cosas) o metafórico, y de ahí, junto al verbo de movimiento, la a de destino. Y vas a ese lugar (real o virtual) con un propósito, con un fin, a cumplir con un objetivo (y, de este modo, cobra sentido por). Por supuesto, me apoyo en la semántica. Y no me avergüenzo.
20 imágenes bonitas para ver, disfrutar y compartir     Ejemplos de ello los podemos aportar recurriendo a nuestra competencia lingüística simplemente; pero, como queda mejor dar ejemplos de otros, haremos referencia a la traducción al español de la novela de Orwell Coming up for air, de 1939. Aquí for es una preposición que indica finalidad, y que en otros casos traduciríamos por para. La traducción que se da para Coming up for air (ignoro si es una traducción propia que hace Fernando Galván en su Introducción para Austral de 1984 (p. 26), o, como seguramente será, se trata de la traducción lógica y "oficial" que se le otorga a esta obra en español) es Subiendo a por aire. Así que, el conjunto a por viene a ser una construcción donde a remarca la dirección del verbo de movimiento (que no deja de ser una intención vectorial, una finalidad de progresar hacia un punto final) y por señala la idea de aquello que se espera conseguir física (Bajo a por vino) o metafóricamente (Salgo a por dignidad).
       El orden está claro: me muevo a un lugar, y allí cumplo mi tarea. Como en la explicación que dimos en la entrada anterior, con preposiciones de posición y movimiento, o como en la doble combinación de entre (Elige cinco lápices de entre los que tengo aquí), de tras (De tras las paridas lo trajo, para que apacentase a Jacob su pueblo; Salmo 78:71) puedo observar el funcionamiento del morfema libre a junto al morfema libre por, como veo funcionando en famosas el morfema de género -a- por una parte y el de número -s junto a él. En todo caso, ya sea que consideremos que son dos preposiciones funcionando a la vez (a y por), ya sea que lo observemos como una locución prepositiva (a por), en los ejemplos antes citados:

                 Voy a ella. / Voy por ella. / Voy a por ella.

a, por y a por, respectivamente, junto con el pronombre ella, forman un sintagma preposicional o macrosintagma con diferente función en la oración (CCL, CCCau, CCF o algo parecido, no tengo claro que sea de finalidad exactamente), es decir, marcan caso, son morfemas que hacen que el (macro)sintagma cumpla una función diferente, y tengan distinto significado uno de otro.
20 imágenes bonitas para ver, disfrutar y compartir        Para con es una doble preposición que desde pequeño tengo asumida, tal vez porque desde muy pronto leo la Biblia, y en ella aparece con cierta frecuencia. Suele indicar ser propicio, que favorece. Si Dios, la suerte, el respaldo de mis compañeros, la decisión del gobierno, ... es para con algo, por ejemplo, para conmigo, es que me apoya: está conmigo, a mi lado, y es para mí (obra a favor de mis propósitos). Y no es lo mismo decir la frase con para sólo, que con con sólo, que con para con. Aquí el verbo no es de movimiento, pero sí que probablemente será lo contrario, un verbo que remarca estatismo, tales como los verbos copulativos, y por tanto, igual que a se vinculaba al desplazamiento con los verbos de movimiento, aquí con recalca, como en un fotograma parado, el estatismo: un punto, por ejemplo yo, y junto a mí, conmigo, aquel que está apoyándome, acompañándome. Y el para, señalando, por su parte, ahora lo que debo recibir, como en frases del tipo Esto es para ti, con clara alusión a un cambio de pertenencia (posesivo) y a cierto movimiento también metafórico pero muy visual, que hace que algo pase de uno a otro (cambio de poseedor). 
     No traigo aquí ejemplos porque tengo desperdigada toda una casuística tomada de la Biblia y otros textos  en varias libretas a lo largo de varios años y debo tomarme mi tiempo para encontrarlos. No me parece adecuado en este caso echar mano meramente de mi competencia lingüística, porque estos ejemplos son aún más elocuentes de los que yo pudiera fabricar ahora. Próximamente dedicaré una entrada en este blog a observar dichos ejemplos.

     Hasta entonces, páselo usted bien. Mis buenos deseos sean, y son, para contigo.

       
                                

Texto: José Alfonso Bolaños Luque
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