jueves, 17 de abril de 2014

Doble y triple preposición

NO SOLO DOBLE, SINO TRIPLE

                     

Introducción
 
Empecé a escribir sobre las preposiciones en este blog a raíz de una conversación con mi antiguo Jefe de Departamento acerca de la existencia o inexistencia del Sintagma Preposicional, pero, ya lo advertí, todo lo dicho está pendiente de cotejo con bibliografía especializada y de ser ampliado (no estoy siendo ni mucho menos exhaustivo aquí, claro). Esa discusión, en el buen sentido de la palabra, me hizo recordar, de un lado, los Sintagmas exocéntricos de los que nos hablaba en 4º de carrera el Prof. Dr. D. Pedro Carbonero Cano pero, por otro, de otro Jefe de Departamento mío que, en su afán por sistematizar las categorías gramaticales, sintagmas y oraciones en base (casi) exclusiva a criterios puramente morfosintácticos, llegó a negar la existencia de la doble preposición en nuestro idioma, por carecer de sentido funcional y morfosintáctico.
 
PARA CON: UN EJEMPLO
 
     De esto último ya he discurrido un poco en una o dos entradas aquí, y aun sé que no he agotado las posibilidades, pues me centré en lo más sencillo: las preposiciones de noción de posición y movimiento. De estas preposiciones me aparté un poco con la secuencia para con, que expliqué acudiendo a mi propia competencia lingüística, prometiendo entonces traer en una entrada posterior ejemplos documentados, que yo sabía que iba a encontrar, sobre todo, en la Biblia y probablemente en otros textos de cierto sabor añejo. No me he vuelto ni me voy a volver loco buscándolos, porque sé que irán viniendo solos. Así que, como me ha visitado uno leyendo El cordón de grana. Historias de mujeres en la narrativa bíblica, de S. STUART PARK (Ediciones Camino Viejo-Editorial Andamio, Valladolid, 2013), lo traigo aquí. Eso sí, antes de mostrarlo, prometeré ahora esperar a tener un repertorio más o menos sustancioso para publicar de nuevo ejemplos de para con (tal vez a modo de listado). Llegará el día, ya lo apunté, en que reúna todos estos articulillos y les dé forma de pequeño estudio que, quién sabe, tal vez publique en mi web.
      Reproduzco las palabras de Park, que está tratando las figuras de Lea y Raquel, esposas de Jacob, refiriéndose a Labán, en la que aparece la cita bíblica: Su tío, el burlador, era ahora el burlado, y Jacob se vio forzado a huir, ya que "el semblante de Labán" no era el mismo para con él como al principio (Génesis 31:5). Obsérvese, como apuntaba en otro lugar, el sentido de este para con relacionado con la idea de apoyar activamente a alguien. Como dijo el rey Théoden: "No añadiré más" a este respecto.

¡Y AUN EXISTE LA TRIPLE PREPOSICIÓN!


     Parecen como de poca monta, y resulta que en nuestra lengua las pequeñas cosas son, en muchas ocasiones, las más importantes. No nos dejemos engañar por el tamaño. Las preposiciones tienen muchos matices semánticos y diferentes funciones morfosintácticas que deberíamos ir distinguiendo. Aparecen muy a menudo en estructuras más o menos fijas sin que por ello pueda hablarse de locuciones ni de fosilizaciones, que hemos empezado a tratar también en este blog. Por ejemplo, en estructuras comparativas más de, menos de: "Tiene más de dieciocho años", "Sabía menos de lo que aparentaba". (Las llamo comparativas por simplificar, en próxima entrada comentaré cómo he tenido que analizar esto en una clase hace poco, dentro de las dificultades de análisis sintácticos en el aula). Si tras esta estructura, tras ese de de comparación, aparece algún caso de doble preposición mencionados, tendremos la no muy frecuente triple preposición.
     Hace tiempo que me la encontré en el Diálogo de las cosas acaecidas en Roma, de ALFONSO DE VALDÉS. De hecho, me topé con ella en una cita de la propia obra hecha en el estudio previo de la Edición de Rosa Navarro Durán (Cátedra; Madrid, 2001; p. 35). La cita es esta:

Pues estamos aquí donde nadi no nos oye, yo os suplico, señor, que lo que aquí dijere no sea más de para entre nosotros.

     Bueno, pequeños aportes de un tema que no toco desde hace ya algún tiempo. Recuperar a Alfonso de Valdés me va a volver a llevar no solo a los hermanos Valdés, de los que deseo investigar desde hace tiempo, y leer y hablar de ellos, sino asimismo de la prosa y la poesía renacentistas en castellano. No tardaré en comentar un poco acerca de la obra citada de Alfonso de Valdés, pues desde hace dos años tengo pendiente redactar un artículo que, a partir de él, nos traiga ejemplos de figuras retóricas, nos devuelva a la reflexión, siempre necesaria, sobre la dicotomía (o disyunción) entre la religiosidad externa y la interna y también nos traiga a la realidad del ser humano y su vinculación con la violencia, en la Roma saqueada en época de Valdés, en el pasado y en la más reciente actualidad (ahora mismo, y desde hace tres años, se llama Siria, no hace mucho fue la misma España y Europa entera, y tal vez empiece a serlo Ucrania, por desgracia).

Texto: José Alfonso Bolaños Luque
Imágenes: http://bancodeimagenesgratis.com

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