miércoles, 30 de abril de 2014

Selectividad Junio 2012-2013 Titular Opción A

PAU COMENTARIO DE TEXTO Y LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA


Junio 2013. Examen de Selectividad Titular. Opción A

                 
La prueba

OPCIÓN A

Texto

Su Excelencia toca un timbre. EL UJIER acude soñoliento. MÁXIMO ESTRELLA, tanteando con el palo, va derecho hacia el fondo de la estancia, donde hay un balcón.

EL MINISTRO.—Fernández, acompañe usted a ese caballero, y déjele en un coche.
MAX.— Seguramente que me espera en la puerta mi perro.
EL UJIER.—Quien le espera a usted es un sujeto de edad, en la antesala.
MAX.—Don Latino de Hispalis: Mi perro.

EL UJIER toma de la manga al bohemio. Con aire torpón le saca del despacho, y guipa al soslayo el gesto de Su Excelencia. Aquel gesto manido de actor de carácter en la gran escena del reconocimiento.

EL MINISTRO.—¡Querido Dieguito, ahí tiene usted un hombre a quien le ha faltado el resorte de la voluntad! Lo tuvo todo: Figura, palabra, gracejo. Su charla cambiaba de colores como las llamas de un ponche.
DIEGUITO.—¡Qué imagen soberbia! 
EL MINISTRO.—¡Sin duda, era el que más valía entre los de mi tiempo!
DIEGUITO.—Pues véalo usted ahora en medio del arroyo
EL MINISTRO.—¡Veinte años! ¡Una vida! ¡E, inopinadamente, reaparece ese espectro de la bohemia! Yo me salvé del desastre renunciando al goce de hacer versos. Dieguito, usted de esto no sabe nada, porque usted no ha nacido poeta, oliendo a aguardiente, y saludando en francés a las proxenetas.
DIEGUITO.—¡Lagarto! ¡Lagarto!
EL MINISTRO.—¡Ay, Dieguito, usted no alcanzará nunca lo que son ilusión y bohemia! Usted ha nacido institucionista, usted no es un renegado del mundo del ensueño. ¡Yo, sí!
DIEGUITO.—¿Lo lamenta usted, Don Francisco?
EL MINISTRO.—Creo que lo lamento.
DIEGUITO.—¿El Excelentísimo Señor Ministro de la Gobernación, se cambiaría por el poeta Mala-Estrella?


RAMÓN DEL VALLE INCLÁN: Luces de Bohemia


Cuestiones
1.
Señale y explique la organización de las ideas contenidas en el texto. (Puntuación máxima: 1.5 puntos).

2.
2. a. Indique el tema del texto. (Puntuación máxima: 0.5 puntos).
2. b. Resuma el texto. (Puntuación máxima: 1 punto).

3.
Realice un comentario crítico del contenido del texto. (Puntuación máxima: 3 puntos).

4.
Explique el sentido que tienen en el texto las siguientes expresiones: a) guipa al soslayo; b) gesto manido; c) Su charla cambiaba de colores como las llamas de un ponche; d) Pues véalo usted ahora en medio del arroyo. (Puntuación máxima: 2 puntos).

5.
Exponga las principales características de género del teatro. (Puntuación máxima: 2 puntos).


Comentarios previos relacionados con la prueba


     Como se observará, en junio de 2013 la PAU de Comentario de Texto y Lengua Castellana y Literatura ofrecía tanto en su Opción A como en su Opción B textos literarios: aquí, en la Opción A, uno dramático de Luces de Bohemia y en la Opción B un fragmento de la obra narrativa de Los girasoles ciegos.
     Realmente, la Ponencia puede ofrecer el examen que desee, pero hablando en términos probabilísticos, tras la lectura de sus propias indicaciones y la observación de lo que se ha venido haciendo hasta ahora, diremos que:

1. Esperamos, caso de que sea un fragmento literario, que el texto forme parte de una de las obras que la propia Ponencia recomienda, y no de cualquier otra del temario.

2. Teniendo en cuenta titulares y reservas, existe un 66.67% de posibilidades de que una opción ofrezca un texto periodístico y la otra una literario (no es el caso). De ser así, dado que para el periodístico se pregunta por características del lenguaje o géneros periodísticos, es probable que para el literario la pregunta 5 se enfoque al período literario con mención de corrientes, autores y obras.

3. Por tanto, tenemos un supuesto 33.33% de opciones de que los dos textos sean literarios, como aquí. En este caso, lo más probable es que uno sea narrativo y el otro lírico o dramático. En uno preguntarán por el género (aquí, en la Opción A: Género Dramático) y en el otro por el período en el que se sitúe la obra (en la Opción B, Los girasoles ciegos, se pregunta por las tendencias de la narrativa española desde 1970 a nuestros días).

4. También es muy probable que la pregunta 4 de una Opción sea de carácter morfosintáctico (analizar oraciones, explicar relación entre las proposiciones, ...) y en la otra opción, de otro tipo, como aquí, en la que se solicita explicar el sentido de determinadas expresiones.


Cuestión 1: Estructura y organización de ideas


     El texto se divide en dos partes, correspondientes con lo que en la tradición escénica se ha denominado escena (que no hay que confundir con cada escena en la que Valle-Inclán divide Luces de bohemia):

PRIMERA PARTE: Compuesta por la primera acotación, el primer bloque de intervenciones (primera escena del fragmento: desde "Su excelencia toca un timbre." hasta "... Don Latino de Hispalis: Mi perro") y la segunda acotación ("El ujier toma de la manga al bohemio ... en la gran escena del reconocimiento").

- Se llama la ujier, quien acompaña a Max Estrella a la salida del despacho del ministro. 
- Estos personajes salen del escenario.

SEGUNDA PARTE: Compuesta por el segundo bloque de intervenciones (segunda escena del fragmento: desde "Querido Dieguito, ..." hasta "... "¿El Excelentísimo Señor Ministro de la Gobernación, se cambiaría por el poeta Mala-Estrella?").

- El ministro de la Gobernación, amigo de Max, conversa con su ayudante acerca de Max Estrella, los poetas de su época y la vida bohemia.

     Un fragmento dramático es susceptible de dividirse igual que uno narrativo (Planteamiento-Nudo-Desenlace y derivados), pero en este caso no lo hemos creído conveniente por la poca acción que se desarrolla. Los personajes dialogan desarrollando temas (discusión), especialmente en el segundo bloque de intervenciones. Dividir un fragmento por bloque de intervenciones es otra buena opción, que es lo que hacemos nosotros aquí.


Cuestión 2: Tema y Resumen

                          

2.a. Tema: Max abandona el despacho del ministro, quien se queda conversando con Dieguito acerca de aquel y de las virtudes de la creación poética y la vida bohemia. 

2.b. Resumen: Don Francisco, ministro de la Gobernación, llama al ujier para que acompañe a Max Estrella a la salida del despacho, donde le espera don Latino de Híspalis. Tras esto, el ministro se queda conversando con Dieguito, su ayudante, acerca de la vida bohemia y de las virtudes del creador poético, algo que el joven no alcanza a comprender dada su visión práctica y política de la vida.

Cuestión 3: Comentario Crítico


NOTA PREVIA

En cada examen de Selectividad que trabajo y acabo publicando aquí no me planteo lo que hecho con anterioridad; empiezo de nuevo ex nihilo, si se me permite la expresiónLo hago así para no repetirme y, en cierto modo, ofrecer Comentarios Críticos algo diferenciados unos de otros. El lector que se esté preparando la PAU haría bien en leerlos todos y agrupar aquello que le resulte cómodo o conveniente en función del tipo de texto. Lo digo porque el Comentario Crítico es de por sí extenso y hay que elegir qué decir y yo, por ejemplo, en algunas ocasiones me refiero a la deixis y en otras no, casi por azar, por ir acabando.
     También son muchas las maneras de abordarlo. A mí particularmente me gusta aplicar el siguiente medio-guion (una especie de síntesis rápida de un guion más extenso y pormenorizado, que tengo publicado en mi web, manojitos-de-mirra.webnode.es, en Lengua Castellana y Literatura (Bachillerato) > Destrezas de redacción > Comentario Crítico, y que está basado en el que aconsejan María Díaz Pacheco, Rosario Iglesias Hernández y Penélope Pedreira Rodríguez en su obra allí citada):

1º- Contextualización obra-autor mezclada con una especie de nuevo resumen, que a veces se extiende a ofrecer ya las primeras interpretaciones del texto.

2º- Valoro el contenido del texto e interpreto su sentido.

3º- Comento cualquier cuestión que me apetezca o sea llamativa antes de ofrecer mi opinión: lingüística, literaria, pragmática, ...

4º- Doy mi opinión personal, generalmente dos: una primera opinando sobre el propio texto y su importancia y otra extrapolada del texto y proyectada a algún asunto social, humano o de actualidad.

     Es conveniente introducir y concluir bien y que la redacción sea fluida, haciendo venir a cuento una idea con otra, pivotando sobre el texto y manteniendo la cohesión entre las partes. La redacción es clave, así como la comprensión textual.
     
     Por otro lado, los fragmentos de luces de bohemia suelen ser de especial dificultad comprensiva para el alumnado, por lo que, en general, salvo en casos de alumnos brillantes, se recomienda tener bien preparados determinados párrafos relacionados con la obra y su sentido general para el caso de que nos decidamos a abordarlo.


COMENTARIO CRÍTICO: Ofrezco ahora sin más preámbulo y sin especificar las partes y las pautas que estructuran mi texto, un ejemplo de lo que podría ser un Comentario Crítico del fragmento. No obstante, en rojo daré alguna que otra indicación para enriquecerlo.

El texto es un fragmento de Luces de Bohemia, una de las obras literarias más reconocidas y reconocibles del gallego Ramón María del Valle-Inclán, y que inaugura el género teatral del esperpento, un modo de hacer teatro prácticamente exclusivo de este autor, como la nivola de Unamuno en el género narrativo, y que le vincula estrechamente con la Generación del 98 y le aleja un tanto del Modernismo. [Puedes añadir aquí datos de referencia de la obra, como la fecha de publicación, o datos concernientes a Ramón María del Valle-Inclán. Asimismo, puede ser conveniente incorporar a continuación un segundo párrafo donde se expliquen las características de la Generación del 98 que tengan relación con la obra y una breve sinopsis del contenido global de la obra y de su significado. No obstante, no conviene colmar nuestro comentario de pormenores teóricos.]

      Max Estrella, reconocido poeta venido a menos, ciego y pobre, acude al despacho del ministro de la Gobernación con la confianza de haber sido en el pasado amigos. Don Francisco, el ministro, en su día había intentado ser poeta y bohemio, y reconoce en su viejo amigo a un admirado creador literario, y le recibe en cierto modo de buen grado. El motivo de la visita de Max es dar queja del trato recibido en el calabozo, una vez que fue detenido por alterar el orden público en estado de embriaguez. En una estridente paradoja propia del esperpento, y en concreto de este personaje, protagonista de la obra, que perfilan una consciente incoherencia, Max se enerva en la defensa de su honor y parece perderle el respeto a todo convencionalismo, que rechaza, y al mismo tiempo acepta recibir un sueldo del Estado por nada, un poco a modo de restitución por los perjuicios sufridos pero, básicamente, por la amistad del ministro. Obviamente, aquí Valle-Inclán critica la corrupción política del momento, pues el Ministro dispone sin más de un sueldo para Max sin justificación alguna, que después carga a un presupuesto oficial, y a un tiempo nos muestra una actitud rebelde del protagonista, insolente sin ambages, que impregna toda la obra y que vagamente oculta dejando entrever decepción, pesimismo, dejadez y también trasnochada pose de intelectual y creador bohemio. 
En este punto aparece nuestro fragmento, situado en el ecuador de la obra (escena octava de quince). La conversación ha terminado y el ministro llama al ujier para que haga salir amablemente a Max quien además, recordemos, es ciego. Sin mediar palabra, el ujier entiende, por un gesto sobreactuado de don Francisco, que debe hacer salir a Max de allí cuanto antes. En este momento, Max mantiene una breve conversación con el conserje, ácida, como siempre, en el que califica a don Latino de Híspalis de perro, dando a entender varias cosas a un tiempo: que le espera y le sigue como un perro a su amo, pero asimismo, en la acepción más dura del término, le está llamando judío en el sentido de que se preocupa por el dinero y su propio interés por encima de valores más nobles. 
     Una vez solos, el ministro encomia delante de Dieguito la vida bohemia que representa su viejo amigo Max, al que hacía un momento había despachado con cierto desdén. Manifiesta una clara nostalgia por sus vivencias de juventud, en la que soñaba con la gloria literaria, lo que sorprende a su ayudante, un ser pragmático y político que valora don Francisco como hombre de éxito por ser lo que es ahora, ministro, y muestra cierta perplejidad por escuchar de su superior el elogio por la vida despreocupada de la bohemia y por poner en los altares al ser venido a menos que se ha presentado allí hacía un momento, Max.
   
  La conversación que se nos planta delante en esta intervención nos lleva de nuevo a la reflexión literaria. Decimos "de nuevo" porque en Luces de Bohemia aparece la propia literatura de muchas maneras: los propios personajes (los modernistas, Rubén Darío, el mismo Max, ...) y las conversaciones se centran muy a menudo sobre el hecho literario en sí y en corrientes y escuelas contemporáneas, e incluso en la edición de obras y los escasos recursos de los que disponían los que pretendían vivir de sus creaciones literarias, como es el caso de Max. Este contraste es el que se observa aquí, una verdadera paradoja: el hombre de alta posición y recursos, don Francisco, elogia al perdedor, borracho y pobre Max, y la vida del artisteo bohemio que él representa. El lector-espectador sabe, no obstante, que a pesar de manifestar cierta sana envidia por lo que es y representa Max, las cosas seguirán como están, y esta sensación otorga acidez, una vez más al texto. El ministro quiere a su amigo como símbolo, como recuerdo de un ensueño de juventud, pero no como persona ya: no olvidemos cómo le despide.
      También se pone de relieve aquí el paso de una época a otra desde el punto de vista literario y artístico. Esto es así durante toda la obra. Max representa una corriente literaria con unos parámetros estéticos y de modus vivendi que, si bien tienen conexión con el Modernismo, ahora en boga, ya ha pasado de moda. Max se expresa y vive en términos decadentes, y esta decadencia impregna la obra y forma parte de la crítica social de Valle-Inclán al extrapolarse al país. Dieguito, institucionalista, es lo opuesto a Max, al que llama Mala-Estrella, en referencia a la mala suerte que acompaña a este poeta calificado como el más grande por el ministro y, en realidad, por todos, pero que vive en la miseria material y moral, ahogado por el escepticismo crónico. Y también se opone a él la figura del ministro quien, sencillamente, se permite el lujo aquí de evadirse por un momento de su seria e importante posición y labor para vivir, a base de palabras y recuerdos evocados, un ensueño del que saldrá al poco.
     No obstante, el elogio está cargado de contrasentidos en las palabras del propio ministro, y se mezcla con una crítica que no hace más que poner sobre el tapete realidades objetivas. Él mismo usa el verbo salvarse para señalar que él habría acabado como Max, igual de mal, si no hubiese renunciado a sus pretensiones poéticas. La poesía y la mala vida están aquí estrechamente vinculados, y explícitamente se une el concepto de creador bohemio con el alcoholismo y la prostitución, con la bajeza moral y el desastre familiar y social: y esto lo lleva observando el lector-espectador desde el principio del esperpento y seguirá contemplando. Se trata de una burda caricatura de las vanguardias parisinas de los años veinte, con sus fiestas por todo lo alto y sus protestas a base de escándalos conscientes de los parnasianos. Aquí lo que tenemos es, en lugar de alegría, amargura, y las fiestas de postín bajan al mundo tabernario y prostibulario del Madrid popular.

    Por tanto, como se ha venido comentando, el rasgo más característico del lenguaje de este fragmento, por no decir de la obra entera, es la ironía y los dobles sentidos. De otra parte, al ser un texto teatral, la modalidad discursiva que predomina es el diálogo, obviamente. En estos diálogos encontramos cultismos y expresiones elaboradas propias de intelectuales y políticos de nivel, como son Max y don Francisco, mezcladas con expresiones populares y vocablos coloquiales, en estos mismos personajes y en el resto. Y se incluyen, no solo términos y expresiones verbales, muchas de ellas del habla castiza del Madrid de la época, sino asimismo el lenguaje no verbal, como gestos y posturas. [Pon tú de vez en cuando ejemplos del propio texto de lo que venimos comentando, entre paréntesis. También en lo que vamos a comentar a partir de aquí]. En todo caso, la oralidad se manifiesta en el intercambio de intervenciones entre los personajes, exclamaciones, vocativos, ...
     Las acotaciones son fundamentalmente narrativas (se cuentan acciones, como tomar de la manga), y un poco descriptivas (por ejemplo, la presencia de un balcón).
     No puedo dejar de persuadirme, por otra parte, de que la escena del ministro con Dieguito es algo que subsiste hoy en día, y por desgracia. A todos se nos llena la boca, y a los políticos bastante, alabando y ponderando la labor de intelectuales y creadores que, sin embargo, acaban teniendo poco o nulo peso a la hora de tomar decisiones de relevancia. Deberíamos prestar más oído a sus voces. A los sanitarios en cuestiones de sanidad, a los profesores en cuestiones de educación, a los científicos en cuestiones de investigación. Y que no pase lo que le pasó a Cervantes, quien murió pobre y famoso. Que los políticos, y la ciudadanía en general, sepamos materializar la admiración debida a las mentes preclaras del país.
    En definitiva, tenemos un fragmento relevante de Luces de bohemia que nos suscitan las mismas inquietudes intelectuales y placer estético que en los espectadores de la década de los veinte y que es testimonio, de otra parte, de la vida literaria del momento.

                       

Cuestión 4: Explicar el sentido de expresiones del texto


a) guipa al soslayo: Entiende, con solo percibirlo, el significado del gesto del ministro. Implica mirar de reojo y reaccionar de inmediato. 

b) gesto manido: Gesto muy usado ya, del que se ha abusado y por ello ha perdido su impacto comunicativo; significa que es un gesto consabido y realizado de manera exagerada, casi un aspaviento.

c) Su charla cambiaba de colores como las llamas de un ponche: Su conversación cambiaba rápida y sorprendentemente de tema y tono con maestría de buen narrador y conversador, captando la atención de quien le escucha, que disfruta de sus palabras.

d) Pues véalo usted ahora en medio del arroyo: Frase hecha metafórica; ahora Max, por muy buen talento que tuviera, se encuentra en la miseria y con problemas.






Texto: José Alfonso Bolaños Luque
Imágenes: http://photopin.com


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