martes, 15 de abril de 2014

Exámenes de Selectividad 2011-2102 (Reserva a, Opción A)

1.

Reserva a) de Junio 2012, OPCIÓN A:

Niños explotados

 
La prueba.

OPCIÓN A

Niños explotados 
 
 Es tal la magnitud de algunas cifras que simplemente resulta imposible hacerse una idea real de lo que representan. Hay 215 millones de niños que trabajan en el mundo, el 61% en países asiáticos. De todos ellos, unos 115 millones lo hacen en trabajos que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera peligrosos.  
     Como esas magnitudes producen vértigo y terminan por quedar reducidas tan solo a una inquietante abstracción, quizá resulte más eficaz fijar la atención en algunos casos concretos. Es lo que hacía un reportaje publicado ayer en estas páginas y firmado en Dacca. La capital de Bangladesh tiene 11 millones de habitantes y es una de las ciudades más pobladas del mundo; los rascacielos van tomando cada vez mayor protagonismo como parte de su paisaje y hay tantos atascos que los coches son también allí una de las maldiciones de la vida moderna. Pues bien, en sus calles, en los basureros de la periferia y en las fábricas de sus polígonos industriales, muchos jovenzuelos se afanan horas y horas para ganar unos sueldos miserables. Ninguno de los citados en el reportaje gana más de un tercio del salario mínimo del país asiático, 1.300 takas, es decir, 13 euros.  La OIT habla de trabajos peligrosos para los niños cuando se trata de ocupaciones que: a) les impiden acceder a la educación y a un pleno desarrollo, b) ponen en peligro su bienestar físico, mental o moral, y c) son pura y dura esclavitud, como cuando son reclutados en conflictos armados, explotados sexualmente o empujados a ejercer actividades ilícitas. 
     Rasel tiene ocho años y empuja una carretilla para transportar ladrillos. Mobarak, de 12, maneja una peligrosa prensa en una fábrica. Shanta está en una empresa de válvulas y antes de cumplir los nueve perdió un tercio de un dedo y se le deformó otro. Ashik, de ocho años, rebusca cosas de valor en un vertedero. Mohamad, con 10, pasa la mayor parte del tiempo en un taller textil. Mina se levanta a las seis y se acuesta a la una: es empleada doméstica a los 10 años y debe celebrar no haber sufrido ningún abuso sexual. Viendo sus miradas inocentes se entiende lo que les cuesta vivir. Y son una ínfima porción de esos 115 millones: solo para hacerse una idea.

El País, 24/01/2012  

Cuestiones 

1. Señale y explique la organización de las ideas contenidas en el texto. (Puntuación máxima: 1.5 puntos).
2.  2 a) Indique el tema del texto. (Puntuación máxima: 0.5 puntos).  2 b) Resuma el texto. (Puntuación máxima: 1 punto).
3. Realice un comentario crítico del contenido del texto. (Puntuación máxima: 3 puntos).
4. Analice sintácticamente el siguiente fragmento:  … en los basureros de la periferia y en las fábricas de sus polígonos industriales, muchos jovenzuelos se afanan horas y horas para ganar unos sueldos miserables. (Puntuación máxima: 2 puntos).
5. Explique las características del lenguaje periodístico. (Puntuación máxima: 2 puntos).

Mis respuestas 1, 2 y 3.

1. Estructura y organización de las ideas.

 
Niños explotados es un texto periodístico de género de opinión, en concreto un editorial, y, en lo que hace a la organización de las ideas, está compuesto de tres partes, cada una de las cuales supone un mayor nivel de concreción con respecto a la siguiente (estructura deductiva: de lo general a lo particular, si bien al final se hace una conclusión general). Estas partes coinciden con las de su estructura externa (tres párrafos).
 
PRIMERA PARTE (Primer Párrafo): Datos acerca de los niños que trabajan, a nivel mundial.
- La explotación de los niños, de manera global, a través de cifras.
 
SEGUNDA PARTE (Segundo Párrafo): Reportaje en Dacca (Bangla Desh).
- El día anterior se publicó en El País un reportaje sobre la explotación infantil en Dacca, capital de Bangla Desh.
- Breve descripción de la ciudad.
- Situación precaria de muchos niños y jóvenes allí.
- Definición de trabajo peligroso para los niños según la OIT.
 
TERCERA PARTE (Tercer Párrafo): Niños concretos de Dacca.
- Breve exposición de la situación de seis niños de Dacca.
- Conclusión general del texto.

 
2. Tema y resumen.

                 
2.a) TEMA: La explotación infantil en la actualidad concretado en el caso de Dacca (Bangla Desh).
 
2.b) RESUMEN: Mediante el editorial de 24 de enero de 2012, El País se hace eco de la alarmante situación de los niños explotados laboral y sexualmente en el mundo. Además de aportar datos al respecto (215 millones de niños en el mundo se ven obligados a trabajar), y, precisamente para evitar la frialdad de los números, se fija en el reportaje que este mismo periódico publicó el día anterior sobre este tema en la superpoblada capital de Babngladesh, Dacca. El texto concluye centrándose en seis de los niños de este reportaje (Rasel, Mobarak, Shanta, Ashik, Mohamad y Mina). Asimismo, se recalca qué es un trabajo perjudicial para los niños según la OIT, anticipando que 115 millones de niños en el mundo realizan tareas de ese tipo.
 
3. Comentario Crítico

 
[INTRODUCCIÓN: Tipo de texto y primeras consideraciones]

El texto Niños explotados es un editorial del diario El País, a 24 de enero de 2012 (nótese que no va firmado). Como tal, debemos considerarlo un texto expositivo-argumentativo; de hecho, su característica más notable es la ausencia de tesis explícita, de ahí que, formalmente, tengamos que considerarlo más bien expositivo: se desarrolla un tema y se aportan datos y ejemplos. Más adelante arrojaremos luz de dónde se encuentra su parte argumentativa.
[RESUMEN EXTENDIDO, con redacción libre y pequeñas valoraciones o consideraciones sobre la intención y el sentido del texto]
     Como el mismo texto indica, este periódico de información general publicó el día anterior un reportaje acerca de la lamentable situación de niños que son explotados laboral y sexualmente en Dacca (Bangldesh) y es este reportaje, realmente, el que da pie al editorial del día siguiente. El propio periódico lo ha considerado relevante, impactante, y por eso dedica Niños explotados a hacerse eco tanto del propio reportaje como de su significado a nivel general. El reportaje sobre Dacca no es solo un reportaje sobre Dacca, sino que sirve de ejemplo de cómo es la alarmante situación de millones de niños en el mundo. Y es así como empieza el texto: aportando datos más que contundentes con respecto a este tema a nivel mundial: 215 millones de niños en el mundo se encuentran explotados laboralmente, de los cuales más de 131 millones son asiáticos (61%) y 115 millones trabajan en ocupaciones peligrosas (53.49%). Estos datos son impactantes, pero son meras cifras frías, y tal vez no nos lleguen y nos conmuevan. Es mejor, según el texto, y así nos parece a nosotros, centrarse en algún ejemplo, y El País lo hará en Dacca, aprovechando el reportaje aludido. Así, dado el escaso espacio del editorial, que no puede extenderse demasiado, se nos ofrece una breve descripción de cómo es la gigantesca capital de Bangladesh; con rapidez, el texto focaliza su atención en que allí miles de niños pasan la mayor parte del día afanándose para alcanzar un sueldo miserable, para vivir en una deplorable situación. Para que nos hagamos una idea más cabal de ella, no solo se señala que trabajan en basureros y escombreras, sino que entonces se nos explica qué considera la OIT (Organización Internacional del Trabajo) un trabajo peligroso para los niños, que es al que se dedica la mayor parte de los del reportaje. Y son los que cumplen alguna de estas características: a) impiden la educación y el desarrollo; b) riesgo físico, moral o psicológico; c) esclavitud (niños-soldado, explotación sexual, actividades ilegales).
     Y, si aún no nos hemos conmovido, el periódico aún concretará más y expondrá, igualmente con brevedad, el caso de seis niños. Nos da sus nombres, sus edades, sus ocupaciones. Y concluye con ellos porque, en cierto modo, cada uno de ellos (Rasel, Mobarak, ...) representan a todos los niños explotados y maltratados del mundo, cada uno de ellos es suficiente, aunque fuera el único caso que existiera, para que salten las alarmas en nuestro cómodo mundo occidental, que ha llevado la tecnología y el urbanismo arquitectónico, el progreso, a Dacca, pero no el progreso en Derechos Humanos y de la Infancia.

[INTENCIÓN, INTERPRETACIÓN Y, DE NUEVO, CONSIDERACIONES DE TIPOLOGÍA TEXTUAL CONECTADAS CON LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE Y RASGOS LINGÜÍSTICOS Y DE SUBJETIVIDAD]
     Si nos atenemos a la forma, a lo que se dice y como se dice, el texto es expositivo, pues no aparece ninguna tesis u opinión de manera explícita. Se ofrecen datos y ejemplos de un tema, la explotación infantil en la actualidad, llegándose incluso a mencionar características mediante la enumeración ordenada (a), b), ...) propia de textos expositivos como manuales y libros de texto. Apenas hay adjetivación valorativa También encontramos la descripción: de Dacca, de la vida de muchos niños allí, de cada niño mencionado y su situación. Así, pues, de forma aparentemente neutral, el texto sencillamente se hace eco de una realidad y la pone de relieve. Parece, casi, una noticia; parece que este texto periodístico, más que de opinión, debe de ser informativo. De ahí que aparezcan rasgos propios, no ya del lenguaje periodístico, sino específicamente del género informativo: lenguaje denotativo (no hay tropos, como la metáfora, ni dobles sentidos, no existen apenas marcas de subjetividad), claro y preciso, culto sin excesos doctos, es un tema actual (el tema es universal, por desgracia siempre ha existido, pero se centra en su actualidad). Los verbos, en presente de indicativo, aparecen en 3ª persona y los enunciados, si bien suelen ser oraciones compuestas por subordinación, son sencillas y por lo general breves.

     Sin embargo, los silencios también son significativos. Tal vez podría este texto haber puesto el grito en el cielo, haberse llevado las manos a la cabeza y haberse rasgado las vestiduras. Pero, no, aparece frío diciéndonos lo que hay. Porque esto, lo que hay, los datos, el ejemplo de Dacca, esos niños, deberían ser por sí solos suficientes para remover la conciencia de lo lectores. Por supuesto, hay argumentación, pero no se explicita la tesis. ¿Es necesario? ¿Necesita el periódico decir que le parece mal esta situación y que no debe consentirse en ningún modo? Si lo hubiera dicho, si hubiera puesto negro sobre blanco esta tesis, diríamos que el resto del texto, la exposición y la descripciones, serían argumentos en su defensa. Y lo son. Además, argumentos de los más potentes: datos objetivos, casos reales, testimonios directos. La tesis es tan evidente que no necesita explicitarse. ¿O imaginamos a algún lector que pudiera dar validez moral, que estuviera de acuerdo con la explotación infantil en el mundo? ¿Acaso hay alguien que no se escandalice y estremezca con esta lectura? Por lo tanto, y por el hecho de que tampoco se ofrecen posibles vías de solución, este texto tiene un marcado carácter de denuncia de una situación extrema que lleva al sufrimiento y a la perdida de futuro de millones de niños en el mundo. Hay poco que opinar, realmente. Solo queda denunciar. No olvidar.

     No es necesario, por ello, usar de determinados rasgos propios del lenguaje argumentativo (opino, se puede demostrar, adjetivación valorativa, planteamiento de hipótesis,  ...) y, por
el uso del propio lenguaje y por el contenido, se observa que la función predominante del texto es la Referencial; tal vez si hubiera sido un artículo o columna, firmado por un periodista o colaborador concreto, habría aparecido junto con la función Referencial la función Emotiva del lenguaje, pues el tema daba para ello. Este texto presenta poca emotividad (y, por tanto, poca subjetividad). La frase más emotiva es Viendo sus miradas inocentes se entiende lo que les cuesta vivir, donde ya el periódico concreta al máximo: no es cada niño, son ya sus ojos, su alma, su condición de niño, de inocencia, por encima de su aspecto, sus ropas, su oficio, su experiencia. Esta frase, así como el final (solo para hacerse una idea) no solo es emotiva por lo que deja entrever de sentimiento en el emisor, sino que asimismo lo es porque nos hace partícipe a los receptores de su discurso: debemos imaginar, hacernos una idea, ver sus miradas. Lo que conecta con el propio principio del texto, la oración compuesta por subordinación adverbial consecutiva con la que se abre: Es tal la magnitud de algunas cifras que simplemente resulta imposible hacerse una idea real de lo que representan. El propio intensificador tal típico de las consecutivas y la idea que se transmite (que los datos que se ofrecen son de gran magnitud y que resulta hacerse una idea cabal lo que supone) son elementos subjetivos (con los que no se puede estar en desacuerdo, dicho sea de paso). También Como esas magnitudes producen vértigo y terminan por quedar reducidas tan solo a una inquietante abstracción, quizá resulte más eficaz fijar la atención en algunos casos concretos presenta rasgos de subjetividad: se reflexiona sobre el propio texto (sobre su eficacia, lo que nos acerca un poco a la función Metalingüística o, más bien, metatextual). Nótese, como último rasgo de subjetividad que destacamos, la trágica ironía de la expresión ... y debe celebrar no haber sufrido ningún abuso sexual.


[ELEMENTOS PRAGMÁTICOS Y SUPRAORACIONALES]

     El texto es del todo coherente, pues sus ideas giran todas en torno a una misma idea: la explotación infantil. La cohesión, asimismo es alta, pues cada parte se interconecta perfectamente a través del hilo conductor del tema. De hecho, es llamativo cómo empieza el segundo párrafo, que conecta la idea del primero (la explotación infantil en el mundo hoy) con la del siguiente, este mismo segundo párrafo (la explotación infantil en Dacca): Como esas magnitudes producen vértigo y terminan por quedar reducidas tan solo a una inquietante abstracción, quizá resulte más eficaz fijar la atención en algunos casos concretos. Como se ve, la conexión se consigue haciendo explícita la finalidad de lo que se expondrá a continuación en relación con lo primero: que se entienda y se interiorice mejor acudiendo a casos concretos. Por tanto, además de un conector (del segundo párrafo con el primero) toda esta frase es asimismo un ordenador del discurso, que descubre la propia organización del texto (deductiva) y hace explícita la intención de llevarnos a la visualización de lo que significan los datos dados al principio. Justo al contrario que el tercer párrafo, que aparece sin transición explícita con el segundo, pasando a enumerar directamente casos de niños con nombres propios. Lo cual le da velocidad a la propia enumeración empezando así. La cohesión, en todo caso, se mantiene gracias a la semántica del texto, a la relación temática de ambos párrafos.
     Los enunciados también se conectan bien mediante diversos métodos. En el último párrafo funciona el paralelismo en la enumeración (Nombre propio, Edad, Oficio), orden que se rompe en el caso de que el niño haya sufrido alguna clase de daño llamativo. La deixis forma parte de este entramado de conexiones (Como estas magnitudes del segundo párrafo, aludiendo a los datos del primero), siendo en su mayoría anáforas, aunque el texto se abre con una catáfora (algunas magnitudes anticipa los datos que se van a nombrar luego, que forman parte de ese tipo de magnitudes). Son muchas las consideraciones que podemos hacer aquí sobre elementos conectores y marcadores del discurso: resaltamos Pues bien, que pasa de la descripción de la ciudad al caso concreto de los niños que malviven allí (va al grano, pasa a aquello de lo que quería realmente discurrir).


[OPINO Y CONCLUYO]

     Lo que nos queda del texto no es tanto lo que dice como lo que deja por decir. Un mal sabor de boca, una inquietud en la mente y el corazón del lector, en mí, pero una pregunta: ¿qué hacemos? Pues, efectivamente, aparte de ser conscientes de esta realidad y horrorizarnos, lo cierto es que se echa en falta alguna directriz sobre lo que podría hacerse al respecto, y esta ausencia es la parte que prolonga la amargura de lo que hemos leído. No solo hay tantos niños así, sino que además, por silencio, puede parecer que así seguirá siendo por mucho tiempo. Nos invade, pues, la desazón.
     El editorial ya ha dejado caer que es Asia el continente donde habría que empezar a poner coto, con más de la mitad de los niños explotados. Si tuviera que proponer soluciones, en mi opinión creo que es la situación de pobreza de estos países y de estas capas de la población lo que da pie a la explotación infantil, al menos desde sus familias. Por lo tanto, lo primero que debemos hacer es luchar contra la pobreza y el subdesarrollo de estos países. Pero, por otro lado, la permisividad moral de la sociedad y la avaricia de los que se aprovechan de ellos son cuestiones que no deben soslayarse. Sin duda, debe atacarse también a la conciencia de estos Estados para que operen medidas que salvaguarden los derechos de la infancia. Nosotros, desde aquí, no deberíamos consentir que nuestras empresas se lucren a costa de la mano de obra barata de los niños, de sus manitas y sus vidas ofrecidas en el altar de nuestro bienestar y comodidad, y el enriquecimiento de algunos.
     Y, por supuesto, no vivir de espaldas a ellos. De ahí que la función de este texto, por encima de cualquier otra, sea hacernos ver una realidad que en nosotros queda no olvidar.


La pregunta 4.
 
Este análisis fue resuelto en las clases de los martes por la tarde recientemente.
     Se trata de un análisis sencillo. Es una oración compuesta por subordinación donde para ganar unos sueldos miserables es una Proposición Subordinada Adverbial Final con infinitivo. Otras pequeñas dificultades serían las dos veces que aparece la conjunción coordinante y uniendo sintagmas, no proposiciones.

Texto: José Alfonso Bolaños Luque
Imágenes: http://photopin.com

 

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