2.
Titular de Junio 2012, OPCIÓN A:
Jóvenes en serie
OPCIÓN A
Jóvenes en serie
Un pijo es un chaval que tapa una parte sustancial de su visión con un largo flequillo y mantiene los pantalones en un nivel del trasero que permita ver los calzoncillos (de marca, claro). Los pantalones de los pijos son un misterio de equilibrio casi mágico, como el caso de esos borrachos que se bambolean peligrosamente, pero nunca se caen.
El rockero es reconocible por el invariable color negro de sus camisetas (nunca camisas), sus zapatillas de lona y cierto aire de camionero rudo.
También es fácilmente reconocible el emo, con sus oscuras ojeras, su atuendo fúnebre con algún toque colorista y su aspecto de anémico crónico.
El mod cuida exquisitamente sus ropas y complementos. Gafas y relojes de diseño. Su vehículo favorito es una moto Vespa con numerosos espejos. Vive el lujo como una segunda vida, paralela a la vida real (?) en la que puede ser camarero o empleado de banca, nunca el divino dandy a lo Oscar Wilde en que se convierte.
Se definen por su atuendo, sus gustos musicales y los lugares de ocio que frecuentan. Todos son hijos de una sociedad urbana y, a pesar de las carencias que existen, opulenta. Cada uno de ellos se reúne con sus iguales. Forman grupos, tribus. Lo que me parece un dato sociológico curioso es que estos grupos no se configuren, como hasta hace poco ha sido lo normal en nuestra sociedad occidental, desde criterios sociales y económicos. No se trata de una división en clases o estamentos. Tampoco desde criterios ideológicos, éticos o religiosos. No son partidos, grupos de presión o sectas. Su elección se sitúa, de forma deliberada, en un estrato más superficial, más externo. Se trata de estética, de preferencias personales, de gustos.
El hombre necesita integrarse en un grupo; necesita un nosotros que se oponga a un ellos. En una sociedad que lima todas las diferencias, que acorta todas las distancias, parece que esta necesidad se vuelve perentoria. Atrás quedaron las guerras de religión (hablo de Occidente) y la lucha de clases se apaga en esa opulent society de la que habla Galbraith. Ni siquiera la nación, en este mundo globalizado, constituye ya un límite claro, un aglutinante de personas que tienen algo en común. El relativismo moral hace casi imposible que una toma de posición ética configure un grupo humano. ¿Qué queda a nuestros jóvenes? Mirarse al espejo. Elevar sus preferencias estéticas a la categoría de principios éticos y agruparse según este canon alicorto y modesto, pero seguro. Eso, o hacerse fans de un equipo de fútbol.
Tomás Salas, en Ymálaga, 01/08/2011
Cuestiones
1. Señale y explique la organización de las ideas contenidas en el texto. (Puntuación máxima: 1.5 puntos).
2. 2 a) Indique el tema del texto. (Puntuación máxima: 0.5 puntos). 2 b) Resuma el texto. (Puntuación máxima: 1 punto).
3. Realice un comentario crítico del contenido del texto. (Puntuación máxima: 3 puntos).
4. Explique el significado que tienen en el texto las siguientes expresiones: a) mundo globalizado, b) relativismo moral, c) preferencias estéticas, d) principios éticos. (Puntuación máxima: 2 puntos).
5. Exponga las características de los principales subgéneros periodísticos (información, opinión y mixtos). (Puntuación máxima: 2 puntos).
Mis respuestas 1, 2 y 3.
NOTA PREVIA: Me voy a limitar a resolver la prueba de la mejor manera que me resulte posible, como si fuera un alumno que se enfrenta a su examen de Selectividad. Sin embargo, tengo algunas consideraciones críticas que hacer al texto propuesto, que publicaré en este blog de manera separada, como una opinión personal y profesional.
1. Estructura y organización de las ideas.
1. Estructura y organización de las ideas.
Jóvenes en serie es un texto periodístico de género de opinión, en concreto un artículo de opinión firmado por Tomás Salas para la publicación Ymálaga, y, en lo que hace a la organización de las ideas, está compuesto de tres partes, cada una de las cuales supone un mayor nivel de generalización con respecto a la siguiente (estructura inductiva: de lo particular a lo general).
NOTA: Por más que nos empeñemos, ni este texto ni el de Niños explotados, comentado anteriormente, puede dividirse en Introducción-Cuerpo argumentativo-Conclusión, aunque estemos ante textos argumentativos. Tampoco es que sea un disparate considerarlo así, especialmente en este caso de Jóvenes en serie, pero nosotros no vemos su conveniencia y renunciamos a dividir así el texto.
NOTA: Por más que nos empeñemos, ni este texto ni el de Niños explotados, comentado anteriormente, puede dividirse en Introducción-Cuerpo argumentativo-Conclusión, aunque estemos ante textos argumentativos. Tampoco es que sea un disparate considerarlo así, especialmente en este caso de Jóvenes en serie, pero nosotros no vemos su conveniencia y renunciamos a dividir así el texto.
PRIMERA PARTE: Cuatro ejemplos de tribus urbanas juveniles de hoy (Los cuatro primeros párrafos, desde Un pijo es un chaval ... hasta ...a lo Óscar Wilde en que se convierte).
- El pijo, el rockero, el emo y el mod: descripción crítica.
SEGUNDA PARTE: Los jóvenes se agrupan según criterios estéticos (Quinto párrafo: Se definen ... de gustos) .
- Los ejemplos anteriores devienen en una consideración general acerca de los grupos juveniles atendiendo a criterios estéticos.
TERCERA PARTE: La integración en grupos de los seres humanos y su proyección a los jóvenes de la actualidad (Último párrafo: El hombre necesita ... un equipo de fútbol).
- Último nivel de generalización: ahora se hace referencia al ser humano de todos los tiempos y su necesidad gregaria de agruparse según determinados criterios.
- Se vuelve a los jóvenes actuales para criticar que su criterio es meramente de gustos estéticos.
- También, para los que no pertenecen a ninguna tribu urbana, el criterio puede ser de preferencias futbolísticas; en definitiva, más superficial que ideales políticos, éticos o morales.
- Se plantea la necesidad de reflexión de los jóvenes con respecto a sus motivaciones.
- Se vuelve a los jóvenes actuales para criticar que su criterio es meramente de gustos estéticos.
- También, para los que no pertenecen a ninguna tribu urbana, el criterio puede ser de preferencias futbolísticas; en definitiva, más superficial que ideales políticos, éticos o morales.
- Se plantea la necesidad de reflexión de los jóvenes con respecto a sus motivaciones.
2. Tema y resumen.
2.a) TEMA: Crítica a las tribus urbanas juveniles de la actualidad y sus motivaciones meramente estéticas.
2.b) RESUMEN: Los pijos, los rockeros, los emos y los mods son cuatro ejemplos de tribus urbanas juveniles cuya base fundamental son las meras preferencias estéticas en cuanto a la forma de vestir y, en algunos casos, el gusto musical. Las diferencias de tipo económico (pobres y ricos) o sociales (clases socioculturales altas o bajas) no los diferencian, ni tampoco la ideología política o criterios éticos o morales, los cuales han podido servir para la diferenciación de grupos en el pasado, pero no ahora. Lo que le queda al joven, si no es esto, es hacerse seguidor de un equipo de fútbol.
3. Comentario Crítico
[INTRODUCCIÓN: Tipo de texto y primeras consideraciones]
El texto Jóvenes en serie es un artículo de opinión de Tomás Salas en Ymálaga, publicado el primero de agosto de 2011. Se trata de un texto expositivo-argumentativo donde predomina la descripción, especialmente al principio, cuando, al mencionar cuatro tipos de jóvenes pertenecientes a diferentes tribus urbanas (el pijo, el rockero, el emo y el mod), describe sus características, especialmente el atuendo. Estas descripciones se enmarcarían dentro de la parte expositiva del texto, pues su intención es llevarnos a la comprensión de lo que son cada cuál. El resto del texto presenta características combinadas de los textos expositivos (explicación de un tema, en este caso de las actuales tribus urbanas juveniles y de determinados comportamientos y motivaciones gregarias del ser humano) y de los argumentativos (la expresión de una opinión argumentada; en este caso, una clara crítica a los grupos juveniles actuales ya desde el título, pues Jóvenes en serie es una expresión que resta autenticidad y fundamento a estos grupos, como los objetos fabricados en serie, unos iguales a otros).
[Identificación de la TESIS y una especie de pequeño RESUMEN enfocado ya a la intención y la calificación de los argumentos. Se explicita la INTENCIÓN y el SENTIDO]
[Identificación de la TESIS y una especie de pequeño RESUMEN enfocado ya a la intención y la calificación de los argumentos. Se explicita la INTENCIÓN y el SENTIDO]
En efecto, calificamos este texto como una crítica pues, aunque no resulta demasiado explícita, el sentido del texto, su intención y determinadas expresiones así lo dan a entender. Como acabamos de mencionar, el propio título deja entender que cada individuo carece de personalidad marcada y propia: cada pijo, rockero, emo, mod o cualesquiera otros son unos iguales a otros, hechos en serie, como en las fábricas. Opinión que constituye ya su tesis, pues Tomás Salas no presenta simpatías por estos grupos, por más que el texto parezca más descriptivo y expositivo que otra cosa. Para ser rigurosos, la tesis explícita es la consideración de que el mero gusto estético expresado en vestimenta y música es el fundamento de estos grupos, lo que llama la atención del periodista porque no aparecen como rasgo de los miembros de estos grupos ni la situación socio-económica ni consideraciones éticas o morales. Esto es en sí una crítica: se está llamando implícitamente superficiales a estos jóvenes, y al final del texto, por extensión, a casi todos, al situar el fútbol como otro de los "valores" de los jóvenes de hoy, bastante endebles ambos, claro. Y este "implícito" no es sutil, sino demasiado evidente en este artículo, de modo que es realmente explícita la tesis, con maquillaje de prudencia en la expresión de las opiniones.
Los argumentos parecen fuertes, pero no lo son tanto y, como se verá más adelante, no podemos estar del todo a favor con Tomás Salas a este respecto. De momento, diremos que la mayor debilidad del artículo a la hora de defender su tesis es que pasa por alto que la mayoría de los jóvenes de este país no pertenecemos a ninguna tribu urbana, por más que puedan gustarnos o no la música mencionada o algunos de los elementos estéticos que se describen. Lo cierto es que, en general, los jóvenes ni nos consideramos ni somos, la mayoría de nosotros, ni pijos, ni rockeros, ni emos, ni mods, ni miembros de ninguna tribu urbana. Es posible mencionar, sin que por ello sea una mera opinión personal, que la argumentación es un tanto simple, más bien parece dirigida a quienes están fuera o no saben mucho de esto, es decir, a los que no son jóvenes ni entienden estas modas al completo ni observa a la juventud en su totalidad.
Efectivamente, el articulista se basa en su percepción personal, y su clasificación y calificación de los jóvenes según los grupos están basadas en criterios subjetivos en lo que hace a la generalización de sus conclusiones. No aporta datos contrastados (porcentajes de jóvenes que pertenecen a estos grupos, por ejemplo), lo cual sería un argumento bastante potente. Al contrario, comienza con cuatro ejemplos a los que pocos jóvenes pueden adscribirse del todo tal y como los describe. De hecho, el concepto pijo y rockero, los dos primeros, aquí parecen ser términos usados muy sui generis; la descripción de lo que Salas llama "pijo" está clara, todos hemos podido observar a aquellos que visten así, pero el concepto pijo es otra cosa, y sí que tiene connotaciones sociales (los pijos de verdad, o son o les gustaría ser de clase socio-económica alta): parece que el articulista no ha encontrado un nombre para los chicos de hoy que visten y se peinan recuperando la estética de la movida de los ochenta en algunos elementos y que se aficionan a realities musicales, con vivos colores en sus atuendos. Por rockero se refiere más bien a aquellos que gustan del heavy metal de nuevo corte (thrash metal, death metal, ...) o de otras épocas, de ahí su insistencia en lo de las camisetas y nunca las camisas, pero el término rockero es bastante injusto, si pensamos en las camisas estupendas que llevan muchos de ellos (¿no se acuerda de los Beatles, los Rolling Stones, Led Zeppelin, Jimmy Hendrix, Eric Clapton, Deep Purple, Camel, o el mismo Elvis Prestley ..., rockeros y con camisas?). Las descripciones de emos y mods son un poco más precisas. Sin embargo, por el tono crítico y algo burlón del artículo hacia estos grupos, no parece que esta discusión terminológica vaya a inquietar a Salas y los que opinen como él.
No obstante, es obvio que en la actualidad lo estético parece predominar sobre otras consideraciones de tal calado; de ahí que el artículo tampoco precise de argumentos más sólidos, pues su mejor argumento es instar a los jóvenes a observarse, al lector a mirar a su alrededor. El último párrafo hace alusión a un relativismo moral que se debe hacer extensivo a otros aspectos de nuestra sociedad actual, pero que en el caso de los jóvenes de hoy y su estética es muy ilustrativa. Es cierto: en el pasado, incluso las tribus urbanas enarbolaban en mayor o menor medida ideales de vida, éticos, morales, con cierto grado de implicación política e ideológica, y hoy en día no parece ser así.
Los argumentos parecen fuertes, pero no lo son tanto y, como se verá más adelante, no podemos estar del todo a favor con Tomás Salas a este respecto. De momento, diremos que la mayor debilidad del artículo a la hora de defender su tesis es que pasa por alto que la mayoría de los jóvenes de este país no pertenecemos a ninguna tribu urbana, por más que puedan gustarnos o no la música mencionada o algunos de los elementos estéticos que se describen. Lo cierto es que, en general, los jóvenes ni nos consideramos ni somos, la mayoría de nosotros, ni pijos, ni rockeros, ni emos, ni mods, ni miembros de ninguna tribu urbana. Es posible mencionar, sin que por ello sea una mera opinión personal, que la argumentación es un tanto simple, más bien parece dirigida a quienes están fuera o no saben mucho de esto, es decir, a los que no son jóvenes ni entienden estas modas al completo ni observa a la juventud en su totalidad.
Efectivamente, el articulista se basa en su percepción personal, y su clasificación y calificación de los jóvenes según los grupos están basadas en criterios subjetivos en lo que hace a la generalización de sus conclusiones. No aporta datos contrastados (porcentajes de jóvenes que pertenecen a estos grupos, por ejemplo), lo cual sería un argumento bastante potente. Al contrario, comienza con cuatro ejemplos a los que pocos jóvenes pueden adscribirse del todo tal y como los describe. De hecho, el concepto pijo y rockero, los dos primeros, aquí parecen ser términos usados muy sui generis; la descripción de lo que Salas llama "pijo" está clara, todos hemos podido observar a aquellos que visten así, pero el concepto pijo es otra cosa, y sí que tiene connotaciones sociales (los pijos de verdad, o son o les gustaría ser de clase socio-económica alta): parece que el articulista no ha encontrado un nombre para los chicos de hoy que visten y se peinan recuperando la estética de la movida de los ochenta en algunos elementos y que se aficionan a realities musicales, con vivos colores en sus atuendos. Por rockero se refiere más bien a aquellos que gustan del heavy metal de nuevo corte (thrash metal, death metal, ...) o de otras épocas, de ahí su insistencia en lo de las camisetas y nunca las camisas, pero el término rockero es bastante injusto, si pensamos en las camisas estupendas que llevan muchos de ellos (¿no se acuerda de los Beatles, los Rolling Stones, Led Zeppelin, Jimmy Hendrix, Eric Clapton, Deep Purple, Camel, o el mismo Elvis Prestley ..., rockeros y con camisas?). Las descripciones de emos y mods son un poco más precisas. Sin embargo, por el tono crítico y algo burlón del artículo hacia estos grupos, no parece que esta discusión terminológica vaya a inquietar a Salas y los que opinen como él.
No obstante, es obvio que en la actualidad lo estético parece predominar sobre otras consideraciones de tal calado; de ahí que el artículo tampoco precise de argumentos más sólidos, pues su mejor argumento es instar a los jóvenes a observarse, al lector a mirar a su alrededor. El último párrafo hace alusión a un relativismo moral que se debe hacer extensivo a otros aspectos de nuestra sociedad actual, pero que en el caso de los jóvenes de hoy y su estética es muy ilustrativa. Es cierto: en el pasado, incluso las tribus urbanas enarbolaban en mayor o menor medida ideales de vida, éticos, morales, con cierto grado de implicación política e ideológica, y hoy en día no parece ser así.
[ELEMENTOS LINGÜÍSTICOS, TEXTUALES Y DE ESTILO]
En su expresión formal, motivado por el tema tratado y especialmente por el tono (crítico, desenfadado un tanto y algo burlesco), aparecen muchos rasgos lingüísticos y tipográficos que merecerían ser destacados, muy en relación con la expresión de la subjetividad del autor y un estilo personal bastante marcado.
Para empezar, se usan figuras literarias muy reconocibles. De todas ellas, los tropos aparecen casi enseguida, como es el caso de la audaz y, diríamos, conceptista comparación entre la flojedad de unos pantalones que dejan ver parte de la ropa interior con el tambaleo de un borracho, al estilo quevedesco, diríamos, salvando las distancias. El rockero se pone en relación con un camionero, el emo con los anémicos y el mod con los dandies de otra época ya distante.
Este lenguaje desenfadado y subjetivo da color y viveza al texto. En esta primera parte donde se dan los cuatro ejemplos de tribu urbana podemos destacar, además de las analogías mencionadas, la adjetivación explicativa (largo flequillo, oscuras ojeras) y relacional (zapatillas de lona), pues es intención del autor centrarse en detalles de aspecto y atuendo que nos traigan a la mente la imagen a la que se refiere y un poco también centrarse en lo anecdótico y curioso, lo llamativo desde el punto de vista de lo que los demás considerarán peculiar tendente a la ridiculización del tipo descrito (nótese el tono jocoso). Aquí, en estos primeros cuatro párrafos, encontramos otras características que se encontrarán después: uso de elementos visuales de ortotipografía (aquí, la cursiva para cada grupo o el signo de interrogación entre paréntesis), rasgos del lenguaje coloquial (claro) pero también referencias cultas, como la de Oscar Wilde; presencia de extranjerismos, anglicismos léxicos (dandy), ortográfico (rockero) o morfológicos (más adelante). También destaca el uso de los paréntesis para añadir breves incisos.
El uso de la cursiva se sigue usando para señalar diferencias en el último párrafo (ellos frente a nosotros) pero también para introducir un sintagma en inglés (oppulent society: 'la gente pudiente'). Sin embargo, aparece fans (no solo anglicismo léxico ya muy arraigado en español, fan, 'aficionado', sino asimismo morfológico, al aparecer -s y no -es como morfema flexivo de número plural tras la consonante -n-).
No es nuestro afán realizar un comentario lingüístico del texto, sino destacar su peculiaridad formal que lo acerca al texto literario y que apoyan la viveza que hemos destacado de él. Así, a la referencia de autores cultos (Wilde, Galbraith) se opone una especie de redacción más propia del que se dirige al que no tiene demasiado nivel comprensivo, como la insistencia en proponer analogías para una mejor comprensión, si bien pintorescas (ya comentadas) o la insistencia en nombrar lo mismo mediante sinónimos con ánimo explicativo, en dobletes (Forman grupos, tribus; en clases o estamentos) o tripletes (Se trata de estética, de preferencias personales, de gustos).
El último párrafo es el que adopta un tono más serio y un tanto erudito, al trascender en un primer momento las consideraciones más bien informales sobre los jóvenes y hablar del hombre como ser humano: opone el nosotros al ellos, en un uso muy general, filosófico, de los pronombres y discurre por conceptos un poco más profundos que los anteriores expresados en sintagmas compuestos por sustantivo más adjetivo relacional del tipo posiciones éticas o relativismo moral.
[OPINO Y CONCLUYO: no mucho, porque ya me he extendido y en parte he opinado; me he quedado, de hecho, con mucho que decir con respecto al lenguaje y las figuras retóricas: tal vez lo vaya añadiendo, en distinto color, más adelante]
En definitiva, creemos que el tono jocoso y burlesco del texto, especialmente al principio, la generalización que, por extensión, engloba injustamente a todos los jóvenes en los clichés que denuncia el escritor y las incorrecciones conceptuales del inicio del texto nos apartan de darle la razón al cien por cien a Tomás Salas, aunque es obvio que estamos dominados, en nuestra sociedad actual, por un relativismo y una preponderancia de lo estético sobre lo sustancioso que nos hace sentir un tanto huérfanos de ideas y vacíos de opinión y posición en el mundo. Pero no los jóvenes, sino todos nosotros: se observa en los medios de comunicación, en el discurso político e incluso en aquellos que ahora no son jóvenes y que en su día poseían una base sólida de creencias morales, religiosas, éticas y políticas, y también estéticas, sólidas. Porque, por cierto, entre los fanáticos al fútbol se encuentran tanto jóvenes como mayores.
La pregunta 4.
La pregunta 4.
mundo globalizado: Se refiere a la indiferenciación cultural y eliminación de peculiaridades nacionales entre los habitantes del mundo occidental actual a causa de las nuevas tecnologías y los medios de comunicación de masas. Este rasgo hace que se hable de la globalización y, por tanto, conforma un mundo globalizado, no fragmentado en naciones bien diferenciadas unas de otras a nivel cultural.
relativismo moral: Postura ética que no cree en la existencia de valores absolutos, sino que hace bueno o malo en la conciencia aquello que resulta conveniente o inconveniente respectivamente, sin demasiada profundidad reflexiva.
preferencias estéticas: En el texto, gustos personales en lo que hace a la música, la ropa, las poses y las actitudes.
principios éticos: Valores que actúan de guía en la vida en lo que se refiere a determinar qué comportamientos son adecuados o no, con independencia de las preferencias o tendencias personales; son aquellos valores que señalan lo que está bien y lo que está mal, o bien ofrecen determinadas pautas para decidir y comportarse por encima de la conveniencia o la apetencia individual o social.
relativismo moral: Postura ética que no cree en la existencia de valores absolutos, sino que hace bueno o malo en la conciencia aquello que resulta conveniente o inconveniente respectivamente, sin demasiada profundidad reflexiva.
preferencias estéticas: En el texto, gustos personales en lo que hace a la música, la ropa, las poses y las actitudes.
principios éticos: Valores que actúan de guía en la vida en lo que se refiere a determinar qué comportamientos son adecuados o no, con independencia de las preferencias o tendencias personales; son aquellos valores que señalan lo que está bien y lo que está mal, o bien ofrecen determinadas pautas para decidir y comportarse por encima de la conveniencia o la apetencia individual o social.
Texto: José Alfonso Bolaños Luque
Imágenes: http://photopin.com
Me vengo abajo, no soy capaz de escribir todo esto en una hora ni por asomo. No me parece realista!!
ResponderEliminarObviamente no son realistas, eso ya lo hemos dicho en algún sitio. El motivo de su extensión es que el alumno pueda echar mano de los recursos que mejor le vengan para su examen. Un saludo.
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