sábado, 1 de febrero de 2025

CON DERECHO AL DESCONTEXTO

 

INTRODUCCIÓN A BASE DE ESCALAS ARMÓNICAS CON ÉNFASIS EN LOS TRITONOS




 

Satisfecho, por no decir orgulloso, de haber escrito y publicado Amae pop blue, entre tantos motivos que sostienen esa satisfacción orgullosa y ese orgullo satisfecho está ese de que es una novela que no se sabe si es una novela, porque es una novela escrita por un poeta. Y como poeta, y como persona, uso un recurso que siempre uso, ejercer mi derecho al descontexto. Muy útil, muy enriquecedor, muy creador y re-creador, amplía significados y sentidos como quien triunfa jugando al Buscaminas y conecta con el simbolismo (¡ay, Bécquer!), con eso de ver la realidad que se esconde tras la realidad. Y realmente lo que estaba en mi mente era empezar a escribir reseñas de libros, especialmente los que están en la base de mi no-novela y que aparecen en su Bibliografía, al final del Volumen III. Y también de sus amigos, esos que te vienen a buscar después porque conectan, porque lo del descontexto tiene una proyección en los tres tiempos: presente, pasado y asimismo futuro, el futuro de aquel entonces que ahora ya es pasado, y esto lo hace tan potente… Pensando en esto, en las reseñas, es fácil caer en la cuenta de la importancia del descontexto para hacerlas si quiero que se vea su influencia en Amae pop blue y en mí, y urge la necesidad de explicarme, de ahí esta Introducción, escuchando el Red de King Crimson por primera vez para que la lógica al escribir no se imponga en su soberanía.

                Seguro que haber sido evangélico durante 46 años tiene una gran influencia en ello. No la única, por supuesto, los amantes de la poesía y la música saben que, por más que conozcamos datos biográficos y contextuales, un valor intrínseco de la obra de arte es su capacidad de sugerencia, su ambigüedad, y también, llegado el caso (que llega con una frecuencia muy alta si te conectas mucho), su capacidad para ser significativo a tu propia experiencia vital, a lo que te acontece. ¡Qué descubrimiento tan maravilloso, ese orgasmo estético que te sobrecoge cuando te das cuenta de que ese poema de Salinas se aplica como un molde a lo tuyo, aunque Salinas no podría haberlo sabido nunca! Pues imagínate tener en tus manos unos textos escritos hace un buen chorro de siglos en los que entras como quien se adentra en una jungla con un machete para descubrir ese mensaje que hay para ti, solo para ti. Un fragmento fragmentado en versículos aleatorios que nunca entenderás a lo que se refería realmente, o sí, pero que ahora te consuelan, te esperanzan, te recriminan, te guían, ¡estás ahí! Creo que esa será la única obra que no reseñe, esa biblioteca de libros a la que llamamos Biblia, permanentemente presente en Amae pop blue sin que casi nunca la veas, no solo por difícil y profunda, y también por manida y manipulada, sino porque ya ella sola está descontextualizada, la que podemos leer nosotros, ni te cuento la Biblia mental que te da primero la interpretación y luego el texto.

                Amae pop blue es puro y maravilloso descontexto. Rastrearme biográficamente ahí, a mí y a quienes me rodearon, es tan absurdo… Y tan inútil, porque no forma parte de su disfrute, porque al final, por más que me descreas, y yo a mí mismo también, la función poética, la intención estética, es la emperatriz de las funciones e intenciones de esta obra. ¿Que me he servido de experiencias?, ¿me he aprovechado de palabras, nombres, textos que he reciclado, miedos, sentimientos, gestos, …? Sí, lo he dicho otras veces, siguiendo esa máxima de Cortázar de meterlo todo en la novela. Pero nada que ver. La descontextualización está por todas partes. Como las acrobacias de un avión que imagina un niño observando el vuelo de una mosca. Experiencias reales como punto de partida que se deforman, se distorsionan, arrastran a otras inexistentes, se reformulan, se recrean, se conectan con otras que nada tienen que ver (propias o ajenas), se vacían o se llenan de valores, de impresiones; se intercambian, se emborrachan o se diluyen, se expanden con la fuerza centrípeta de la creación poética, texto endocéntrico.

                Allá vamos. Los Epigramas eróticos griegos, del Libro V de la Antología palatina están en la bibliografía de Amae pop blue. Lo que yo leí y como lo leí, tipo de finales del XX y principios del XXI, y a propósito así. Podría empezar por una influencia aún mayor, más sensible y delicada, como es la poesía clásica japonesa, pero no, empiezo por los epigramas, dado que el erotismo explícito y en muchos capítulos tan detallado es sin duda uno de los elementos literarios que resaltan en Amae pop blue, seguro que para muchos como luces rojas y sonido de sirena de ataque aéreo.  Con todo el gozo de la ingenuidad sin pudor, como muchos epigramas; con mucha vergüenza residual, lo confieso, y ese es uno de mis orgullos, haber roto una barrera personal al escribir así; con base ético-mística y reverencial (¡otra reseña!, los libros que no solo te ayudan en tu sexualidad sino que señalan a la hipocresía social e interna con respecto a este tema tan importante, tan placentero y traumático a un tiempo). Y, claro, que a pocos días de que Libros Indie te haya comunicado que sí, que te publican, acierte uno a ir a la presentación de Maneras de demorar la noche, poesía completa de Dinos Jristianópulos, atormentado por su fuerte fe religiosa (¡qué casualidad, por favor, que descontexto!) y su, para él, castigo de querer desansiarse recurrentemente, un placer que es penitencia, con ese foco tan superficial y profundo en el sexo, trascendido, desenterrado, poetizado, explícito, directo; y con epigramas eróticos griegos como influencia (lógico, era griego, aunque en este caso más del Libro XII que del V), pues… Yo que iba a una presentación, invitado por David Calzado, y no sabía que iba a encontrar un gran alivio y una feliz coincidencia, que me otorgó un plus de seguridad en mi propia obra. Me enteré, ¿eh?, de la información denotativa y la comunicación filológica y estética en esa presentación, pero ya ella en sí también se descontextualizó para mí: solamente yo, entonces, estuve en esa presentación de Maneras de demorar la noche descontextualizadamente hablando. Vamos, parece todo a propósito y a posteriori, menos mal que mi manuscrito tenía su bibliografía, y que ya había sido revisado por otros, incluida Libros Indie, tengo testigos de la veracidad de mis palabras.

                Termino mi Introducción, que ya va siendo hora, simplemente anunciando que comentaré próximamente estas dos obras poéticas griegas, una recopilada en el siglo X y que me ayudó a expresarme al redactar mi novela, y otra del siglo XX que descubro y comienzo a leer un día en que ya sabía que esa novela se iba a publicar fehacientemente. ¡Las conexiones! Y que lo haré con este prisma, volviendo a ejercer un derecho.