domingo, 23 de noviembre de 2025

"LAZOS DE SANGRE", DE MARÍA CESPÓN LORENZO. IMPRESIÓN LECTORA.




Ya comenté sobre María Cespón en un artículo anterior, y allí me acerqué a su thriller Piel de cordero. Y lo cierto es que la voy descubriendo poco a poco, ahora mismo tengo la suerte de poder leer Tuwa, que es la que más me ha llamado la atención, y dos novelas más: La hija del viento y Entre la tierra y el cielo. En esta ocasión, traigo mi impresión lectora de su novela Lazos de sangre, una narración que supone, en muchos sentidos, una serie de viajes exteriores e interiores que nunca pierden el hilo de la ficción narrativa pero que a un tiempo saben que significan algo más y que pueden llegar a dotarse de aún más significados según los ojos que pasen por estas páginas.

     Hay novelas que, una vez leídas, las asumes en tu conciencia lectora y dices: "¡Qué buena!", y estás convencido de que seguramente las volverás a leer, más adelante, porque te han gustado. Pero hay otros libros que, habiéndolos leído, y disfrutado, y comprendido, aun con todo te queda un poso de saber que los tienes que volver a leer, para comprenderlos mejor, para descubrir más, para apreciar más detalles aún. Así es Lazos de sangre, así ha sido para mí. La leí, la reseñé en la revista Voces Errantes (nº 1, noviembre de 2025), y ahora, tras un tiempo, publico aquí mi impresión lectora de ella, una reseña distinta por mi parte, y no me extrañaría que, pasado otro tiempo tal vez mayor, y una vez leída de nuevo, la volviera a reseñar.

     Algo sí voy a volver a decir, para empezar a dar al fin ya mi impresión lectora de esta novela: es desgarradora, ese es el adjetivo que podría definirla, si se me exige una sola palabra para ello. Y es que empieza fuerte, no solo por los acontecimientos que cuenta, sino por cómo lo hace. Asha, la protagonista, una chica de origen indio adoptada por un matrimonio barcelonés, aparece al principio con una voz, para mí, distante, fría, directa, a pesar de que lo que dice le afecta emocionalmente a ella. Se presenta, en este principio, como un personaje femenino firme, de carácter, un carácter propio y también curtido. Es sensible, pero se expresa de forma directa y sincera. En contraste con esta primera aparición de Asha, las palabras por escrito de su madre biológica, es preciosa, emotiva, sensible; esa mujer tiene un habla dulce, profunda y metafórica.

     Asha va a emprender viajes. Viajes a su tierra de origen, La India; viajes hacia el conocimiento de sus antepasados; viajes de comprensión de quienes le rodearon y de quienes debieron hacerlo; viajes más profundos. Y hay unos contrastes muy potentes, muy potentes. Yo me enfrenté, como lector, a muchos. Contrastes entre culturas (occidental-oriental), contrastes dentro de cada una de esas culturas; contrastes masculino-femenino y contrastes dentro de cada etiqueta de género. Descubrir, poco a poco, cómo eran los padres adoptivos de Asha, Montse y Josep, su historia real, es un buen ejemplo de esto, y no es el más importante pero, como sabéis, no me gusta destripar historias. Las emociones también contrastan. 

     Hay muy crudas realidades que se plasman en esta novela, descarnada por momentos. Es fácil para nosotros sorprendernos con los resortes psicológicos, sociales y culturales de Goa, en La India. Y lo digo sin indulgencia de ninguna clase: no hay excusa posible, no se pueden pasar por alto unos hechos realmente inhumanos y brutales bajo la sombra del paraguas de ninguna tradición, de ninguna religión. Lo ajeno a nosotros es, a nuestros ojos, lo más exótico y uno disfruta del descubrimiento de lo hasta entonces desconocido, eso es cierto, porque como en Lazos de sangre hay muchos contrastes, nuestra impresión de Goa va a traer luces y sombras; yendo a lo más superficial, por no espoilear, olores, sabores. Y, volviendo a lo brutal, a lo visceral, occidente no se escapa de ello en esta novela. De otra forma, nos sorprende menos y nos indigna igualmente aunque sea removiendo emociones distintas.

      El viaje de Asha a Goa me gusta mucho porque es doble, hace un viaje geográfico a medida que va leyendo un diario, otro viaje, y creo no ir muy desacertado si digo que uno complementa, interpreta y engrandece al otro. Pero también las cartas; los viajes en recuerdos al pasado de unos y otros, a otras décadas; ...

      En definitiva, Lazos de sangre, de María Cespón Lorenzo, no es solamente una novela de viajes, de contrastes, como he expuesto. Es una novela de almas desgarradas, vidas truncadas, vicisitudes y la búsqueda de identidad y de sentido, y ya os digo que no solo de Asha. Y seguramente no solo de personajes que imbrican la historia, es más que posible que algunos, desde fuera, lectores, estén en esa búsqueda aunque no lo sepan. Y también, y sobre todo, es una novela que supone la incesante necesidad de romper con un círculo, de deshacer un lazo de ahogo.





El libro puede comprarse en Amazon o encargarse en librerías.


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