Este artículo lo escribo pensando en mis alumnos de 2º de Bachillerato. A veces, justo antes de quedar dormido, me sobrevienen estos arrebatos de urgencia. Lee despacio y razonando.
1. La típica Subordinada Adjetiva o de Relativo. No explico apenas nada, porque ya sabes lo que tienes que saber de una oración como esta: El invitado que quiera puede tomar un obsequio. Poco hay que decir: la oración subordinada adjetiva que quiera es el Complemento del Nombre de invitado, núcleo del Sintagma Nominal. Ese que es un pronombre relativo que, dentro de la subordinada, funciona de sujeto de quiera, pues significa 'invitado', 'ese invitado'. Partimos de esta frase sencilla para poder hacer los siguientes razonamientos.
2. Igual se analizaría Aquel que quiera puede tomar un obsequio. La única diferencia es que ahora el N del SN es el pronombre demostrativo aquel. Tenlo en mente, porque va a entrar en juego en el siguiente nivel, la adjetiva sustantivada.
3. Oración Subordinada Adjetiva Sustantivada. Si volvemos a la primera oración, El invitado que quiera puede tomar un obsequio, podríamos omitir el sustantivo invitado y nos quedaría El que quiera puede tomar un obsequio.
Nuestra lengua hace mucho esto: El hombre alto > El alto; El personaje malo de la película > El malo de la película; La chica rubia > La rubia. En estos casos, se dice que el adjetivo que era Complemento del Nombre se ha sustantivado, y pasa a ser el N del SN. Por ejemplo, si digo La rubia, ahí rubia es el N/Adj. Sustant., porque rubia asume el significado del sustantivo chica (rubia ahí significa 'chica rubia') y, por tanto, su función. El y la siguen siendo determinantes/artículos. Y entonces aparece la magia. Con sustantivos, como son masculinos y femeninos, solo pueden aparecer artículos masculinos y femeninos. Pero con adjetivos sustantivados también puede aparecer el neutro: El bueno, La buena, Lo bueno.
No solo sucede con adjetivos. También con sintagmas adjetivales: El muy tonto; con Sintagmas Preposicionales: El de ahí. Y con Oraciones Subordinadas Adjetivas, como en nuestro El que quiera puede tomar un obsequio. Igual que con los adjetivos, ahora no hay por qué pensar que no suceda lo mismo con muy tonto, de ahí o que quiera: eran los Complementos del Nombre del SN, y al desaparecer el N/Sust, pues pasarían a ser ellos N/SAdj Sustantivado, N/SPrep Sustantivado o N/O. Sub. Adj. Sustantivada. Este es el análisis que siempre propongo y explico, desde la sintaxis "tradicional". Lo único que no olvides que ese que es un pronombre relativo y, en nuestro ejemplo, sigue siendo sujeto de quiera, conozcamos o no el sustantivo al que se refiere (que aquí sí lo sabemos: invitado).
4. Una alternativa a este análisis es reponer el sustantivo omitido. Se analiza igual que en el caso 1, la oración subordinada adjetiva se sigue considerando CN y el N del SN es el sustantivo omitido que nosotros reponemos: El (invitado) que quiera puede tomar un obsequio. El problema es que esto solo lo puedo hacer si el artículo es el o la; con el artículo neutro lo es imposible. Por eso no me gusta, pero es una opción.
5. Aunque la Nueva Gramática se lo arroga, no sé si como una novedad, lo cierto es que la tercera alternativa de análisis es bastante antigua, y cuando yo estudiaba, al menos en los manuales que manejaba, era una propuesta que se había desacreditado y desmontado. Se trataría, en frases como El que quiera puede tomar un obsequio o El de ahí, en considerar que el artículo es el Núcleo. Claro, si lo considero Núcleo de SN, lo tengo que transformar por arte de magia en pronombre, y no lo son, son artículos. Es que, al fin y al cabo, es lo que sucede en Aquel que quiera puede tomar un obsequio (el N es aquel, y es un pronombre), o Ese de ahí (el N es ese, y es un pronombre). Tiene sentido, ya que todos los determinantes pueden ser pronombres... excepto el artículo, cuyo paralelo pronominal son los pronombres personales, pero, claro, el no es él, la no es ella, ni lo es ello. El argumento se va a por el más débil, el artículo neutro lo, porque como nunca aparece, porque no puede, con un sustantivo, sino con elementos sustantivados, y es clavadito al pronombre personal átono lo, de me, te, se, lo, la, le, ... Yo creo que a sus partidarios se les hace raro que todo un sintagma (muy tonto, de ahí) o incluso oración (que quiera) se ponga a funcionar de N de SN y ven más parsimonioso que lo siga siendo una sola palabra. Y, al menos para el artículo neutro lo, en casos como Lo que deseas se hará realidad (=Aquello que deseas se hará realidad), analizan ese lo como N de SN, pronombre, y que deseas sigue siendo CN/O Sub Adj. Así que, lo dejo dicho, esa es tu tercera opción de análisis: considerar N de SN el artículo, llamándolo ahora (por la cara) pronombre, y el CN sigue siendo la O. Sub. Adj. o de Relativo. Si el punto 4 no me parecía bien, en este 5 ya me vienen las arcadas, pero esto es una opinión personal y en la PAU se permite, que además es muy New Grammatical.
6. Si me has seguido, ahora fíjate: Quien quiera puede tomar un obsequio. Aquí hemos dado el último paso. En oraciones así, no pierdas de vista que, en esta oración quien, sigue siendo un relativo, en este caso un pronombre relativo y, por tanto, sigue siendo sujeto de quiera. Solamente que ya no existe sustantivo de referencia, ni siquiera omitido. Estaríamos ante un caso de Oración Subordinada Adjetiva o de Relativo sin antecedente, como en el refrán Quien bien te quiere te hará llorar. Otro ejemplo: Cuanto desees se te cumplirá.
Y ya hemos ido nivel a nivel. Espero que estos ejemplos y sus explicaciones complementen bien a mis apuntes, al libro de texto, y te ayuden a asimilar y comprender.
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