domingo, 30 de noviembre de 2014

TILDES DIACRÍTICAS ÚTILES SUPRIMIDAS POR LA RAE



EL ADVERBIO SOLO (= 'SOLAMENTE')

                               

PREÁMBULO

El adverbio solo, con el significado de 'solamente' (antes, hasta hace muy poco, sólo), iba a estar, junto con los demostrativos, en un artículo conjunto que abordase críticamente las modificaciones de la RAE acerca de la tilde diacrítica en estos casos. Sin embargo, he dejado pasar tanto tiempo desde que quise montar este artículo, que ahora solo solo totalmente solo me va a dar pie para diversas consideraciones, y no solo con respecto a la conveniencia o no de prohibir una tilde tan elegante y funcional como tenía (¿a que ha quedado fea esta redundante frase sin el uso de una tilde que todos teníamos ya asumida y que manejábamos bastante bien?). Así que, por esto, y porque cada vez tiendo a hacer los artículos más breves, me voy a centrar en este tema: la novísima ausencia de tilde diacrítica en el adverbio solo, tras una introducción general que nos servirá para posteriores entradas relacionadas con las tildes suprimidas, y dejando para otras ocasiones artículos de otra índole relacionadas con el adverbio solo.





INTRODUCCIÓN: DEL USO DE LAS TILDES




     Si algo tiene bueno entre tantas bondades la escritura de nuestra lengua española es que en ella prima lo práctico por encima de lo histórico y lo ornamental. Ya nuestra propia ortografía da cuenta de ello, y si a los alumnos de primaria y secundaria les cuesta eso de que si va con hache o sin hache, con be o con uve (se sigue llamando "uve", ¿no?), con tilde o sin tilde, eso es otro cantar. Compárese, si no, con el inglés que, simplificando, "no escribe como habla", es decir, tiene demasiadas normas y más de una excepción en la correlación fonema-grafía, o con el francés, con mucha letra para tan poca voz (un sencillo /o/ ya me lo escriben con tres letras, eau, ... ¡y ninguna de ellas es la "o"!). Creo, por tanto, que no nos podemos quejar, la verdad. El mismo francés tiene tres tipos de tilde... De las lenguas más conocidas entre el público en general, me da la impresión que el alemán tal vez sea la lengua que gane entre la correspondencia fonema-letra, y es solo una impresión. Así que, partimos de la base de que si nuestra lengua usa la tilde, es porque es necesaria, no por capricho.

     Y lo es. Cuando se usa para lo que se inventó, marcar la sílaba tónica siguiendo sus normas generales, está siendo útil porque en español la mayoría de las palabras combinan sílabas átonas y tónicas, y el hecho de que en una palabra, una sílaba, y no otra, sea de mayor intensidad, diferencia significados: a la clásica terna cántara-cantara-cantará, suelo emplear en clase dos ejemplos que no se olvidan: que no es lo mismo inglés que ingles, y lo mal que sonaría espectáculo si no tuviese el acento bien visible donde lo tiene. Por las redes sociales se ven ejemplos más ilustrativos y a un tiempo más "contundentes" (burdos la mayoría), como la foto de esa tienda de bebés llamada Bebé y mamá (nombre que evoca ternura e inocencia), cuyo rótulo olvida las tildes y si se nos ocurre leerlo sin ellas se pierde toda esa ternura e inocencia en la evocación mental.
     Sus otros usos son también de índole práctica. La tilde se usa, saliéndose de las normas generales, para marcar hiato cuando la vocal tónica es cerrada: no se pronuncia igual Sonia (So-nia) que Sofía (So-fí-a), ni la preposición hacia (ha-cia) que el verbo hacía (ha-cí-a). Aunque no sigue las normas generales de acentuación, aquí de todas maneras se sigue usando la tilde para marcar una diferencia de significados en función de la pronunciación. 

           
     La tilde diacrítica es más visual que auditiva, tal vez  - aunque esta afirmación es gratuita en muchos casos, pues frecuentemente la tilde diacrítica diferencia palabras monosílabas tónicas (tú, mí, té, sé, sí) de palabras monosílabas de igual pronunciación, pero átonas (tu, mi, te, se, si) -. En todo caso, su función es práctica, pues diferencia en la escritura palabras homógrafas (palabras distintas que se escriben igual). Por eso, diferenciamos , sustantivo, 'infusión' de te pronombre personal átono; y por eso teníamos diferenciado el adverbio sólo (con el significado de 'solamente') del adjetivo solo (algo así como 'solitario, en soledad'). 





EL ADVERBIO SOLO Y EL ADJETIVO SOLO



     No quiero dar ideas, pero lo cierto es que la tilde diacrítica de sólo era muchísimo más práctica y útil que en otras palabras homógrafas que, por contexto, jamás se podrían confundir.
     Por ejemplo, la tilde de o de es bastante menos útil porque son pronombres y esa tilde las está diferenciando de determinativos posesivos que siempre van acompañando a un sustantivo en un sintagma nominal (Tú eres bueno - Tu casa; Esto es para mí - Mi coche). Tampoco el español ha pretendido ser al 100% exhaustivo, y se ha limitado a marcar con la tilde casos muy frecuentes en el uso, especialmente los monosílabos, de poca entidad gráfica. Diferenciamos, así, con la tilde el pronombre del posesivo mi, pero no el adverbio mucho (Te quiero mucho) del determinativo indefinido mucho (Tengo muchos libros, Quería mucho pan), ni este del pronombre indefinido (Tengo muchos libros -Tengo muchos).
     En todo caso, teníamos bien asimilada y asumida la diferencia sólo-solo, y ayudaba a diferenciar significados, como luego veremos. ¿Que resulta que existen otros casos similares en los que no se usa la tilde diacrítica y también habría podido ayudar a diferenciar significados y resolver ambigüedades? Cierto, pero el caso es que el adverbio solo es muy frecuente, la norma de la tilde estaba muy extendida y funcionaba. Y mientras sí, mientras no, muchos aún la siguen usando. Podemos recuperarla, no está del todo perdida.



     Oye, también sigue en vigor eso de que no se puede decir *y Inés, sino e Inés, aunque nadie lo pronuncia así apenas, pero sin embargo decimos ni Inés, si Inés sin problemas de eufonía, y nadie se ha planteado cambiar la norma de la variante e de la conjunción y (no quiero dar ideeeaaas...). Y seguimos escribiendo del y al, aunque no escribamos *desdel, *antel, *contral. No porque en estos casos no lo hagamos (se hacía en la Edad Media), vamos a dejar de hacerlo en los casos de del y al, tan asumidos y frecuentes. 
     En el caso de solo, no diferenciaba esa tilde simplemente significados, sino que en muchas ocasiones el contexto no puede deshacer la ambigüedad, y la diferencia del significado global de la oración o el sentido del texto queda bastante tocado si se interpreta como adverbio o como adjetivo. 
     Hay casos un poco comprometidos, pero no mucho. Hace poco tuve que modificar la frase Empeñarse en quedarse solo con la literalidad de las palabras por Empeñarse en quedarse solamente con la literalidad de las palabras, para que mis alumnos realizasen un análisis sintáctico adecuado. ¡Hombre!, es cierto que aquí es difícil entender ese solo como un adjetivo, pero la verdad es que no es lo mismo Quedarse solamente con algo que Quedarse uno solo, en soledad, con algo, y se ve modificado hasta el significado del verbo: en el primer caso hay posesión (Me quedé solamente con el Pit Bull, cuyo dueño soy yo); en el segundo es compañía: Me quede yo solo (sin nadie más) con el Pit Bull (agradable compañía, sin duda).
                              

     Este blog es testigo de cómo absorbí la lectura de Sonetos espirituales de Juan Ramón Jiménez, un poemario que volveré a leer en breve. El Soneto XLVIII tiene título: HOMBRE SÓLO. Solamente un hombre, no más: lo sabemos gracias a la tilde diacrítica. HOMBRE SOLO es otra cosa, es un hombre sin compañía, y somos conscientes de que "no es bueno que el hombre esté solo", y menos Juan Ramón, quien sin la inestimable ayuda de Zenobia no sabríamos que habría sido de él. Ahora, en las nuevas ediciones, ¿se llamará este poema HOMBRE SOLO?

     

Y, en fin, ejemplos miles. No es lo mismo Yo sólo hago preguntas (solamente hago eso, no las respondo, ni hago otra cosa) que Yo solo hago preguntas (es decir, yo las hago sin que nadie esté conmigo en esto, o bien las hago cuando no hay nadie a mi alrededor). Esta oración la usaré con otro fin en el próximo artículo acerca del adverbio solo, en esa ocasión para disertar sobre la importancia de su disposición en la frase con respecto a otros elementos.
     ¿Y qué decir del clásico Café solo (sin leche) en relación con Café sólo (sin nada de comer, solamente quiero café, luego te digo sin leche o con leche)?

     En fin, aquí lo dejo. Cuantos ejemplos más vaya encontrando en libretas o me sobrevengan de mis lecturas, las traeré aquí, al final, como añadidos post data.

Texto: José Alfonso Bolaños Luque
Imágenes: http://photopin.com

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