En el principio de los principios toda la materia-energía que ahora se expande y se expande, y a la que llamamos Universo, estaba concentrada en un solo punto. De esto hace billones, quién sabe, ¿trillones? de años.
Todo a su alrededor, arriba, abajo, al frente, detrás, a los lados, era un infinito absoluto de vacío, un espacio sin nada, inabarcable. Tal vez, a una distancia de infinito más infinito, o quizá más, existiese otro punto que concentrara a su vez toda la materia-energía como para expandir luego un universo distinto del nuestro. Y más allá otro, y aún otro más infinito elevado a infinito veces. ¡Quién sabe! El caso es que el nuestro, de no poder aguantarse a sí mismo ni un minuto más, de lo tan reconcentrado que estaba, explotó: el gran petardazo, el big bang.
Ahora bien, ya que no sólo el espacio es infinito, sino también el tiempo, podríamos hacernos dos buenas preguntas. La primera: ¿cuánto tiempo se pudo aguantar a sí misma la gran bolita energético-material sin explotar y por qué lo hizo, si todo a su alrededor era vacío y nada de nada (y, por tanto, nada externo pudo condicionar un cambio)? Y la segunda: ¿siempre hasta entonces había sido bolita, o fue otra cosa en un pasado hiperremoto? Quiero decir: ¿de dónde salió?
Conclusión: no somos nada, compadre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario