DEL HABLA CULTO-INFUSA
Lo ridículo del habla arcaizante, afectada y pedante de don Quijote frente a lo ridículo del habla populachera, refranesca y cateta de Sancho Panza. Vaya esto por delante. El mismo derecho tienen de usar constante e innecesariamente el registro culto y pedante aquellos a los que me voy a referir que las personas que han decidido hacer gala, valga la paradoja, para más tarde automatizar y utilizar a todas horas un habla excesivamente popular y de barrio, aprovechando a cada paso para soltar con orgullo un taco tras otro o estar permanentemente diciendo frases hechas del tipo Más largo que un día sin pan.
No me molestan ni unos ni otros, los acepto igual que ellos tienen que aceptarme a mí y mi forma de expresarme, tan plagada de defectos, y los quiero así, siéndome tan entrañables algunos de un bando y de otro.
Cuando se aborda en plan crítico los sociolectos, ¡qué fácil y reiterativo es meterse con el habla juvenil (como si el viejil, o el viejuno, no fuera igual de chocante) y con el popular (el hipopopular, diría yo, en contraste con el hiperculto), siendo como es el que le da la salsa a la lengua! Pero vamos, todos los excesos son vicio: todos.
Sinceramente, no sé qué virtud haya en el habla de aquellos que, al conversar informalmente, te sueltan un otrora allí, un acullá allá (valga el eco fonético), y remata con un futuro de subjuntivo, simple o compuesto. ¡O incluso un mas adversativo! En un texto culto, y viniendo a cuento, es para gozarlo. Pero en una charla informal, es chocante y ridículo. Todavía el que lo haga natural, insertándolo sinceramente en su forma de hablar ... ¡Pero hay tanto afectado y pedantón al paño! Y, sobre todo, ¡qué cargante! ¡Qué circunloquios y plomazo de importancia para expresar algo sencillo!
No saber usar el registro adecuado en cada momento comunicativo no es ser culto, más bien es la expresión de una carencia.
Imagino que es una irresistible tentación pasar de decir Me parece que está demasiado salado a decir Se me antoja que está demasiado salado, sobre todo cuando recién se descubre el verbo antojar(se) con ese sentido. Pero, ¿y si lo dejamos para un artículo de opinión o un poema de estos que todavía se siguen premiando, y charlamos "normal"? ¿No es un tanto pesadito estar usando esos "se me antoja", "sesgar", "soslayar", "ajado", "podemos inducir" y demás a diestro y siniestro, como lo es igualmente el que no para de usar dichos hasta la saciedad ("No me toques el pito que me irrito" cada vez que escucha el claxon de un coche en la calle, por ejemplo), diminutivos, "mi alma", "cariño" y "coño" (con perdón)?
Tal vez podríamos recordar que el toque está en ser culto y sencillo, y que por eso Manrique, Garcilaso, Cervantes, Bécquer, Antonio Machado y Lorca son nuestros escritores más universales. Hay que ser un Góngora, un culterano que podía cantar Ándeme yo caliente y ríase la gente, o un Juan Ramón para desplegar la constelación de cultismos sin ser acusado de afectado. Observad cómo habla del poeta Li Bai (701-762) Guojian Chen, editor en Cátedra de Poesía china, una sabrosa antología:
Sus obras se caracterizan por la espontaneidad y el desenfado en la expresión, por sus pasiones desenfrenadas, sus imaginaciones audaces y originales, su frecuente uso de la hipérbole y su lenguaje cercano al hablado. Es maestro en el empleo del estilo antiguo (yuefu), pero también muestra gran talento en las formas de jueju (cuartetos de estilo moderno), todo con gran musicalidad y sonoridad, respetando las normas métricas, pero sin ser rígido cuando es necesario romperlas en ocasiones para dar rienda suelta a sus pasiones.
Ejerce una poderosísima influencia sobre los poetas de su época y de la posteridad, y es, a nuestro juicio, el poeta más importante de la literatura china.
Bueno, no te sugiero que escribas como hablas, sino más bien que no hables como escribes.
De igual modo que es imposible usar la lengua sin metáforas, sin imágenes, en un lenguaje absolutamente denotativo, como no puede beberse el agua absolutamente pura, de igual manera no es posible hablar con giros y tropos totalmente originales con excesiva frecuencia. De ahí que conservemos dichos y giros, bien populares, bien cultos, incluso del latín, en latín mismo (tan frecuentes como el alea jacta est, mens sana in corpore sano, mea culpa, ...) o traducidas o reformuladas (a la tercera va la vencida): cada época va dejando las suyas. Empiezan siendo originales, se popularizan, y luego llega ese momento en que consiguen pervivir aunque muy pocos conocen el referente y el origen de la expresión, solo saben cuándo hay que usarla y cuál es su sentido. Yo todavía sé qué es un corsé, aunque desde que tengo uso de razón, esa prenda no la he visto salvo en la tele o en Google Imágenes. No se usa desde hace bastantes décadas. Pero veo la imagen de un corsé cuando oigo o digo "encorsetar" como sinónimo de "constreñir". No sé si la generación que me sigue y que todavía es capaz de usar este verbo ve en su mente el corsé, si sabe lo que es. Ya me he tenido que informar de qué es eso del borrico de un cisquero y por qué tiene tantas mataduras y también por qué se dice a calvo ad calvum. Bueno, pues si consigue sobrevivir, "estar encorsetado" será una expresión metafórica pero ya nada original. Por favor, señores creadores, creativos, ¡poetas!: vamos a crear metáforas e imágenes realmente originales. No a lo bestia, de vez en cuando, con todo el sentido, con ese matiz de gracia en el habla, o en la escritura, y que demostrará que somos, si no inteligentes, sencillamente cultos.
Texto: José Alfonso Bolaños Luque
Imágenes: http://photopin.com